Y mereció la pena

Publicado el viernes, 20 de febrero de 2009

El caso es que este fin de semana en Galicia se celebran los Carnavales. No es algo tan conocido ni glamouroso como los resabidos de Canarias o Andalucía (ni, por supuesto, los de Río), pero ahí van a la zaga. Y, lo más importante, parece haber mucha fiesta.

Afortunadamente, no podré contarlo de primera mano, porque no estoy en Galicia. Desde hace unas horitas, he hecho un viaje sorpresa a Valencia y pasaré por aquí hasta el próximo miércoles. Unos mil kilómetros más de avión a mi haber. Y ya son muchos desde que este blog me acompaña, pero nunca suficientes. Especialmente cuando te encuentras una tremenda sorpresa al final del camino. Así, sí mereció la pena. Dos aviones (con sus embarques y controles de seguridad), un bus, un tren y un taxi. Ocho horas.

En imagen, un pequeño diseño vectorial que hice en 2 minutos. Es cutre, pero me dejé premeditadamente mi cámara en A Coruña...y no me gusta piratear imágenes a nadie.

En mi lección de cultura gallega de hoy voy a hablar de algo que me ha pasado en el viaje. No sé cuál es la razón por la que siempre tengo que soportar caras de mala leche en el mismo sitio: Madrid. La simpática azafata mesetera que estaba embarcando parecía despachar ganado en un tren ovejero, y no en un avión. En contra, la azafata norteña casi me lleva la maleta hasta el avión. Son dos formas de ser, de vivir. Y yo, por supuesto, me quedo con la gallega...

1 comentario

Comentarios

Anónimo dijo...

No juzgues a un pueblo por una persona. No hay que generalizar hombre, es como si dijeran q tu eres machista por ser hombre. :P Yeray

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