octubre 2012

As novas opcións

Publicado el viernes, 19 de octubre de 2012

Después del maratón electoral que llevo sobre la espalda en estos últimos días, toca ir cerrando esta trilogía en la que estoy desgranando algunas de las cuestiones más relevantes de las autonómicas gallegas del próximo 21 de octubre. El hecho es que, después de los trasquilones que le he metido a los tres partidos actualmente representados en Santiago, así como a cuatro de las candidaturas más conocidas, he caído en que el concepto "novas opcións" igual es demasiado amplio. O dicho de otra manera, que al margen de las habituales fórmulas de socialistas, populares y nacionalistas gallegos; crecen formaciones íntimamente relacionadas a ellos y/o con un cierto apego a un líder carismático. Y poco más.

Voy a matizar esto último: BNG no es Alternativa Galega de Esquerdas, ni Compromiso. Hacen política de una manera diferente (comunicativamente están a varios años de diferencia), hay caras nuevas y propuestas alternativas. Pero en esencia, y es síntoma de normalidad y muy necesario, estas ideas y algunos candidatos ya se presentaron en 2009 y en 2005 y en 2001 y...

Aclarado esto, se debe reconocer que de las 26 candidaturas que concurren a los comicios del domingo, los sondeos sólo dan posibilidades reales de estar representadas en la cámara gallega a cuatro (PP, PSdG, BNG y AGE), mientras que CxG, UPyD y SCD tendrían que esperar a las próximas elecciones para probar suerte. A derecha e izquierda de estas siete opciones, restan 19 listas más pero, como comprenderéis, no me voy a meter a hablar de partidos como "Piratas de Galicia", "Partido animalista contra el maltrato animal", "Falange española", "Por un mundo más justo" o "Partido humanista". Son ocurrentes muchos de sus nombres, pero en el debate político no sé hasta qué punto podrían superar la aparente focalización con la que fueron creados.

Pero esta entrada se llama "As novas opcións" y, de momento, no he hablado de ninguna. Cuando planifiqué esta idílica trilogía, tenía tres candidatos a entrar en esta entrada en concreto. Tras pasarme por sus programas electorales, dos se han caído clamorosamente y la única opción que resiste es Converxencia XXI.

Aunque obviamente no es la primera vez que un partido de centro se presenta en Galicia, sí es novedad que lo haga aglutinando al galleguismo y al liberalismo social y económico. No es mi intención enjuagar la mala fama de la que goza el liberalismo económico, ni entrar en análisis de programa; pero lejos de desmantelar el estado del bienestar proponen una nueva reorganización más eficiente y profesional en muchos ámbitos de la función pública. CXXI ataca duro a los derroches de estos años atrás y se inspira en políticas de reconocido éxito en educación, industria, fiscalidad o sanidad aplicadas por los liberales de países septentrionales de Europa.

A modo de síntesis, el domingo Galicia escoge a su presidente de la Xunta pero, casi sin quererlo, da la reválida o no a las políticas puestas en marcha por el gobierno de Rajoy en este último año. Hay quien intenta diferenciar ambos escenarios, pero una victoria aplastante de Feijóo daría alas a Moncloa para seguir aplicando la tijera y allanaría el camino del político de Os Peares a Madrid. Disfrutad de la jornada de reflexión (yo todavía tengo que reflexionar sobre a quién daré mi confianza) y votad con sentidiño el domingo. Sea como fuere, mi apuesta queda hecha: 39 PP, 21 PSdG, 11 BNG y 4 AGE.

En imagen, parte del lema de campaña del PSdG, en un cartel de los que se retiraran esta noche. Imágenes como ésta hablan de la realidad que tenemos en nuestras manos este fin de semana.

Nota del autor: "As novas opcións" es la tercera entrega de una trilogía que analiza, simplifica y organiza las principales alternativas electorales para los comicios autonómicos, que se ve completada con "Os de sempre" y "Os vellos coñecidos". No se trata de artículos de fondo, análisis ideológico o comparativa de programas, sino de simples percepciones personales sin ninguna vinculación política.

Os vellos coñecidos

Publicado el jueves, 18 de octubre de 2012

Si tienes un programa electoral pobre, pon un actor. Si tienes problemas de autoestima, funda tu partido. Si adoleces de falta de carisma, únete al mejor postor. En la política, esa forma artificial de unir elementos cuya naturaleza a veces desafía a la química, está todo inventado. Los jugadores saben antes de comenzar cuáles son sus cartas, pero también las del resto de compañeros de timba. Y muchos de esos conocimientos vienen de ese bagaje que expiran y que parece decir "chaval, yo ya jugaba al póquer cuando tú coleccionabas cromos del Madrid de Floro".

Sea como fuere, la política es recurrente y sus rostros, ni te cuento. De hecho, nos sentimos orgullosos de la normalidad de la Transición y de cómo ex ministros franquistas se integraron en la vida democrática. Un baile de máscaras en el que siempre danzan los mismos. Y es que la política parece actuar como un estimulante del sistema nervioso imprescindible para muchos. Precisamente las elecciones gallegas del próximo domingo son una viva muestra de ello. Vaya por delante que todo esta entrada no es una crítica ni una recomendación de voto, sino una simple reflexión de cuán estrechos son los senderos que tenemos bajo nuestros pies.

El primer viejo conocido es Xosé Manuel Beiras, un dinosaurio del nacionalismo gallego que parece gozar de un estado de forma dialéctica envidiable. A los mandos de Alternativa Galega de Esquerdas (frente creado por una escisión del BNG, en coalición con Esquerda Unida y Equo, además de otras formaciones), el político de 76 años parece olvidar las críticas sobre la edad con las que frecuentemente agasajaba a Fraga. Beiras, pacificador de las aguas del revuelto Bloque Nacionalista Galego allá por los ochenta y secretario general del PSG en los setenta, fue uno de los grandes canalizadores del sentimiento galeguista de décadas pasadas. Ahora es consciente de su escaso recorrido político, pero no debemos olvidar que bajo su batuta el BNG cosechó sus mejores resultados electorales.

Otro de los invitados a la fiesta del reencuentro es Compromiso por Galicia, la tercera pieza de lo que dio en llamarse desde la Brunete mediática como la Syriza gallega. Como finalmente no se formó este frente, aunque muchos fueron los acercamientos de posturas a dos y tres bandas, otros pedazos autónomos del BNG, junto a otras formaciones, dieron paso a Compromiso. Ideológicamente ubicada algo menos escorada a la izquierda, mantiene pocas opciones de entrar en la cámara autonómica. Entre sus filas cuenta con uno de esos apellidos históricos de la política autóctona: Rafael Cuiña, hijo del histórico delfín de Fraga e integrante del "sector de la boina", Xosé Cuiña.

Y sin complejos por su lenguaraz líder, el
partido de Rosa Díez (porque llamar utilizar su nombre oficial sería aceptar que tienen un programa político serio más allá del "estos son mis principios, si no te gustan los cambio") concurre a unos comicios complicados. Con pocas posibilidades de utilizar sus cantos de sirena sobre los supuestos excesos lingüísticos del nacionalismo o del "se rompe España por el noroeste", se presentan con su habitual sarta de obviedades y demás paranys. Pero no debemos olvidar que 24.000 votos obtuvo en las anteriores elecciones, aupándose hasta la cuarta posición. Confiemos en que la memoria colectiva nos libre de este tipo de partidos garrapata (por supuesto, en el sentido peyorativo de la palabra).

Pero sin duda, el plato fuerte que nos tendremos que desayunar el domingo en las urnas es Mario Conde. Sí, sí, el ex presidente de Banesto encausado y encarcelado por generar un agujero de casi 4.000 millones de euros a principios de los noventa en esta entidad. El caso es que Conde volvió tras sus años en prisión, convertido en un tuitero con cierta relevancia, habitual tertuliano y hasta escritor de sus memorias. Y fundó un partido, como todo hijo de vecino al que le gusta el poder más que a un tonto un lápiz. Pese a que en el precalentamiento de la campaña se habló mucho de una posible alianza con los descontentos del PP en Ourense (los baltaristas), al final nada cuajó. Si las encuestan no mienten, el ex banquero ensayará con Sociedad Civil y Democracia en estas elecciones, pues no opta a nada más

En imagen, -los años no pasan en balde- Mario Conde en un frame sacado de su -ejem, ejem- vídeo electoral. Os recomiendo verlo y os invito a participar en mi porra electoral: ¿qué narices hace el ex banquero con sus manos en 4''? Yo creo que acaricia un gato imaginario.

Nota del autor: "Os vellos coñecidos" es la segunda entrega de una trilogía que analiza, simplifica y organiza las principales alternativas electorales para los comicios autonómicos, que se ve completada con "Os de sempre" y "As novas opcións". No se trata de artículos de fondo, análisis ideológico o comparativa de programas, sino de simples percepciones personales sin ninguna vinculación política.

Os de sempre

Publicado el domingo, 14 de octubre de 2012

"Os de sempre" es la fórmula menos dañina que encuentro para referirme a una forma de hacer política que lleva asentada mucho tiempo en las instituciones gallegas (como fiel reflejo, por otro lado, de lo que se aprecia en otros hemiciclos más pequeños o más grandes). Y es que, desde las autonómicas de 1993, los asientos del Pazo do Hórreo se han trifurcado en caminos muy íntimamente ligados: PP, PSdG o BNG. Las tres formaciones monopolizaron en 2008 el 95% de los votos emitidos (siete de cada diez gallegos no dudaron en confiar el devenir de la Xunta a este frente), mientras que no entra un cuarto grupo desde 1989.

Salpicados de pleno y unidos por la operación Pokemon, los tres estandartes de la política en democracia de Galicia empiezan a parecer unos gigantes de piedra inadaptados a la sociedad. Una casta de escaño y vidas altivas que confunde la realidad con las historias a cinco columnas. Que si tú escondes 400 millones, que si yo tengo un alcalde imputado, que si el otro tampoco puede arrojar la piedra demasiado lejos. Un remember del clásico "tú con tus Audi y yo con mi amigo constructor en el yate".

Y aunque sé que comparar las políticas del PP, PSdG y BNG es, a todas luces, una falta de tacto y un error de bulto considerable, no estoy dispuesto a retractarme. Es innegable que los tres partidos coinciden en que llevan demasiado tiempo urdiendo las conjeturas democráticas y ninguno de ellos ha logrado ese impulso definitivo que permita convertir a Galicia en un punto de prosperidad.

El carisma que ofrecen sus líderes es escaso. Detrás del humo del gobierno de Alberto Núñez Feijóo se esconde una previsible próspera carrera en Madrid. No pasará a la historia la primera legislatura comandada por el PP sin Fraga por nada en especial, aunque sí será recordad por la pátina de -falsa- austeridad que han acompañado a todas sus decisiones. Las alternativas de gobierno de Francisco Jorquera y Pachi Vázquez, por su parte, compiten por ser más desconocidas y grises que las del otro. Un canto a la mediocridad, la falta de ideas y el replay de posiciones políticas enquistadas. Y con esta tarjeta de presentación, no me merece la pena entrar a analizar sus propuestas. O de sempre.

En cualquier caso, el hemiciclo que surja del 21 de octubre promete recoger una mayor pluralidad. Seguramente no dé un vuelco, porque es muy probable que Feijóo siga siendo el presidente de la Xunta el próximo 22 de octubre, con una mayoría absoluta más holgada. El PSdG se dejará algún voto por el camino y BNG se resentiría tras su escisión. Poco a poco se vislumbra algún escollo para "Os de sempre"; buenas nuevas para la democracia.

En imagen, uno de los carteles electorales de Pachi Vázquez, en una cabina de Vigo. Sinceramente, coordinadores de la campaña de Pachi, ¿no hubo una fotografía mejor?

Nota del autor: "Os de sempre" es la primera entrega de una trilogía que analiza, simplifica y organiza las principales alternativas electorales para los comicios autonómicos, que se ve completada con "Os vellos coñecidos" y "As novas opcións". No se trata de artículos de fondo, análisis ideológico o comparativa de programas, sino de simples percepciones personales sin ninguna vinculación política.

La dualidad

Publicado el jueves, 4 de octubre de 2012

La respuesta a todo pasa por una simple cuestión: siempre hay dos respuestas, la que tú tienes y la contraria. La mecánica social ha reducido cualquier tema opinable a un vector que lucha constantemente por estirarse a un lado o a otro del mismo eje. Es la forma más cómoda de contener la explosión de colores que somos y, por qué no, de atar en corto a nuestro particular rebaño de ovejas. Es así, hay que decidir.

Ahora bien, algunas personas nos sentimos a gusto en el oficio del funámbulo, desfilando por el abismo que separa toda respuesta y abrazándonos a la ambigüedad. Somos unos polizones agazapados en el barco del adoctrinamiento A veces nos comportamos así porque vemos matices interesantes a un lado y a otro; a veces, porque dudamos hasta de nuestro nombre. Y precisamente todo esto es compatible con un cabo suelto que parece quedar en esta especie de teoría de la indeterminación, que es el derecho a que algo pueda no gustarte en un momento determinado.

En mayor o menor medida, todos somos duales, tenemos dos partes de nosotros que se contraponen. De cómo seamos capaces de reprimir una de ellas, conseguiremos proyectar una imagen de mayor unidad, de firmeza y de convicciones innegociables. Una especie de Marlon Brando en El rostro impenetrable. Pero aquí ya entran en juego cuestiones de conducta social, de asignación de roles y hasta de cuentos de hadas, porque todos tenemos un Pepito Grillo por ahí.

Y con ello, por fin, creo que doy respuesta a todos aquellos que me preguntan si me gusta más Alaquàs o Galicia, si prefiero A Coruña o Vigo o si mataría por chocolate blanco o por chocolate negro. Todo en su justa dosis, tiempo y forma.

En imagen, una elección como cualquier otra: la tranquilidad del que yace sentado, frente al movimiento del río.

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