abril 2012

Tenemos una cita VIII

Publicado el domingo, 29 de abril de 2012

Hay grupos que aporrean un piano desafinado y sacan una canción e, incluso, la convierten en un éxito. Hay grupos cuya peor canción está a años luz de lo mejor que podríamos hacer el común de los mortales con una guitarra, una batería y una mesa de mezclas. Hay grupos que son capaces de forrarse una habitación con sus discos de platino. Hay grupos que se reinventan con cada acorde, que se merecen la mayor de las alabanzas por cada letra que conciben. Y por encima de todos ellos, a veces está Coldplay; otras, por debajo.

Ya lo he dicho alguna vez y me reafirmo: el disco X&Y es un desastre se mire por donde se mire, con una honrosa excepción siendo generoso. Es un largo sin una dirección clara, y curtido de fórmulas ya utilizadas. Es un CD sumergido en la melancolía y un reto al buen nombre de los ingleses.Tres años después de su gran compacto, había demasiada presión.

La canción que supuso la avanzadilla de su tercer trabajo fue "Speed of sound", un tema arushofbloodtotheadero hiper-hormonado con sintetizadores y un teclado que sólo puede recibir el calificativo de enorme. Es un pastiche autoreferencial tremendamente artificial, pero lleno de corazón pese al derroche lumínico del videoclip. Una de esas pistas que compensan la extrema excelencia de Coldplay.

Tenemos una cita VII

Publicado el martes, 24 de abril de 2012

Qué viva la vida. Qué viva la vida cuando es bonita, cuando uno es dueño de sus pasos, cuando uno manda en su castillo, cuando las campanas suenan a su paso. Pero que viva también cuando no se ve la luz, cuando la tormenta no afloja, cuando los pilares de arena se derrumban. Que viva la vida, porque es lo único que podemos vivir y lo único que no vamos a dejar que nadie disfrute por nosotros.

"Viva la vida" tiene mucho de plagio, de intertextualidad descarada y de ritmos fusilados. Así es la música hoy, es lo que tiene llegar cuando todo está inventado. Pero aún así, yo la escucho y se me pone la piel de gallina y no tengo complejos en decir que es de lo mejor del Coldplay épico, del que llena estadios y se tararea con dos sílabas. "Na, na, na, na, na" y así hasta el final. Es ese Colplay que se filtra en anuncios, en noticias de "Corazón de Primavera" y en reportajes de cultura alternativa de La 2. Es ese Colplay que llega al número uno, que tiene 100 millones de visitas en Youtube y que los amantes de las joyas utilizamos para reafirmarnos en la grandeza de la banda. Es ese Colplay con el que yo voy a saltar en menos de un mes.

Tenemos una cita VI

Publicado el domingo, 15 de abril de 2012

Los que nos consideramos devotos de un grupo tenemos un problema: nos gustan las fotografías, nos llevamos mal con el vídeo. O, dicho de otra manera, creemos que como el primer amor no hay nada y necesitamos volver a él siempre. Y, llegados a un punto, no hay forma de aceptar que los grupos pueden cambiar, pueden reenamorarnos o, sencillamente, tienen derecho a tomar el camino que quieran. Yo, sin ir más lejos, prácticamente hubiera exigido a Coldplay que entregara las guitarras y se disolviera tras A rush of blood to the head.

Me he pasado muchos años de back to the basics, especialmente tras el decepcionante Viva la vida y el prescindible X&Y. Muchos años acompañado de naftalina, de esconder banderas y de rebuscar en otros grupos. Pero Mylo Xyloto es con diferencia lo más parecido a mi forma de entender a los londinenses. Dueto con Rihanna y versión libre de "Ritmo de la noche", incluidos y exculpados.

Y tal vez "Charlie Brown" es la mejor prueba de ello, de un guiño descarado a los buenos tiempos, a cuando cada canción firme candidata a ser el himno de una década. La canción suena fresca, imprevisible y, a su vez, familiar. Te dan ganas de ponerla por la mañana y que el día sea inolvidable. Pero "Charlie Brown" tiene una pequeña trampa: se cocinó en los escenarios antes que en el estudio. Coldplay quería que fuese la canción bandera de un disco que nunca llegó. Y, los que nos divertimos buscando tesoros, agradecemos que haya sonado menos que "Every teardrop is a waterfall" o "Paradise".

De turcos y portugueses

Publicado el sábado, 14 de abril de 2012

Celta y Dépor se enfrentan este fin de semana en el que promete ser el partido de fútbol más apasionante de la jornada. Casi coincidiendo en el tiempo con el derbi de "los dos de siempre", los dos históricos del balompié autóctono se citan mañana en Balaídos en un duelo en la cumbre. Desde la segunda y primera posición respectivamente, los celestes y los blanquiazules han oteado los dominios de la división de plata esta temporada.

Con trayectorias vitales muy semejantes, el encuentro llega en la recta final de la travesía por el desierto de ambos equipos. O eso parece. Y es que el Celta lleva condenado a la Segunda División cuatro años, mientras que el Deportivo saboreó el caramelo del descenso hace menos de un año. En ambos casos, acabaron en el infierno como resultado de muchos partidos de coqueteo con la mediocridad, una desgastada situación económica y una errática dirección deportiva. El clásico ejemplo de los conjuntos en época de bonanza que acaban con sus huesos hundidos en el olvido.

Una vez saneados sus balances (siempre dentro de los parámetros de los excesos del fútbol), aprendido a vivir sin el dopaje de los derechos deportivos y vuelto a creer en la cantera, estos dos históricos parecen listos para volver a viejos tiempos. Como cuando el Dépor le amargó el centenario al Real Madrid y el Celta jugaba la Champions.

Mañana será un partido de sentimientos encontrados y relativamente decisivo para ambos. De lo que hagan en Balaídos no dependerá su ascenso, pero está claro que simbólicamente el perdedor deberá vigilar con más ahínco al tercer clasificado. Lo único que esperamos es que no se produzcan los encontronazos entre aquellos que falsamente se creen deportivistas y celtiñas y, en realidad, son unos delincuentes que aprovechan la excusa del fútbol. Este año portugueses y turcos nos vemos en Segunda, pero el que viene tenemos una cita en Primera.

En imagen, las taquillas de Balaídos ayer mismo. El buen ritmo en la venta de entradas hizo que se agotara 
todo el papel hace ya unas cuantas semanas y confirma un lleno histórico.

Tras el fuego de As Fragas

Publicado el lunes, 9 de abril de 2012

Ahora que las llamas remiten y las cenizas se enfrían, es un buen momento para darle una vuelta a todo lo sucedido días atrás en las laderas del río Eume. Como bien sabréis, en tres días han ardido unas mil hectáreas de la reserva de bosque atlántico costero más extensa y mejor conservada de Europa y que, paradójicamente, gozaba de una laxa protección como parque natural. Las imágenes de estos días atrás hablan por sí solas de la catástrofe natural y de cómo ha afectado al ánimo de los miles de habitantes de la comarca y de los que visitamos una y otra vez el corazón del bosque.

Ahora es el momento de preguntar a la Xunta por qué ha mentido. Es el momento de saber por qué TVG relegó el incendio al minuto 30 de su primer informativo después de que se iniciara, dedicándole una pastilla de 15 segundos. De preguntarnos por qué se tardó un día en decir "As fragas do Eume" en lugar de "A Capela", restándole importancia. Es el momento de que Feijóo cuente por qué dijo que el incendio estaba "controlado" cuando en realidad no era así. De explicar por qué se mantuvo la cifra de "500 hectáreas" cuando bien se sabía que se habían superado con creces. De conocer las novedades por un #sosfragasdoeume en Twitter y no por los cargos públicos. De por qué se redujo 22 millones la asignación a luchar contra los incendios y se mantenía un retén de invierno, pese a las condiciones casi estivales. Y de otros muchos interrogantes.

Y también es el momento de atizar a los que, al calor del roble quemado, aprovechan para enarbolar la bandera de su partido y quieren sacar rédito electoral. De recordar que quien está hoy en la oposición también estuvo en el gobierno.

La Xunta ha mentido y sigue mintiendo con todo el asunto de As fragas do Eume. Pero empieza a no quedar impune. Ha supuesto el enésimo toque de atención al poder político, que cada vez tiene menos terreno para ocultar y moldear la realidad a su parecer. Es previsible que este mismo año haya elecciones autonómicas y el fantasma del Prestige y su movilización ciudadana sobrevuela unos comicios que prometen ser apasionantes.

En imagen, una de las primeras instantáneas que tomé de la zona, en mi primer viaje a Galicia allá por septiembre de 2007. A saber dónde estará la siempre inquietante niebla que reina en la zona. Inquietante también es todo lo que rodea a la recuperación y protección de la zona.

Tenemos una cita V

Publicado el domingo, 8 de abril de 2012


Todos tenemos una bandera escondida en casa. Las más de las veces se cruzan símbolos en los que ya ni creemos. En ocasiones sonreímos, descubrimos cómo fuimos y sabemos que guardamos esa vena reivindicativa. Otras, sencillamente, dejamos pasar el tiempo y nos congratulamos de lo que dejamos de ser. 

Casi siempre nos da un vuelco al corazón cuando nos topamos con ese trozo de tela que un día enarbolamos. Creíamos que era lo mejor, pero ahora la vida nos ha enseñado que nada permanece absoluto demasiado tiempo. Nos levantamos infieles y todo empieza a ser relativo. ¿Todo? No, simplemente lo que no hemos conseguido preguntarnos lo suficiente. 
Se trata de que no cunda el pánico. Se trata de de escuchar "Don't panic" y recordar que a veces las banderas escondidas pueden salir.

Tenemos una cita IV

Publicado el domingo, 1 de abril de 2012

Escondido en un mundo de oro, el largo Viva la vida or death and all his friends es un pequeño fracaso. Una decepción con cuatro discos de platino en Reino Unido, pero un tropiezo al fin y al cabo. Polémico desde el minuto uno por un supuesto plagio en su canción bandera, los ingleses se dieron de bruces con un público cada vez más exigente. Y, es un hecho, ninguna de las canciones será recordada cuando hayan muerto, musicalmente hablando.
Pero, pese a todo, a mí me gusta "Lovers in Japan" y creo que es una de las mejores canciones que han compuesto. Chris Martin y compañía no pensaron lo mismo, ya que la guardaron para el cuarto puesto de singles. Camuflada en la mitad de la tabla, es otra obra más de amor, de dos amantes que se quieren encontrar en el camino. Y, a mí, las canciones de amor cantadas en falsete y acompañadas por un piano desafinado, me encantan.

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails