octubre 2009

Cerrando ciclos

Publicado el sábado, 31 de octubre de 2009

Lo bueno de los ciclos es que se acaban y empiezan sin darte cuentas. A veces lo deseas profundamente y otras tienes un miedo atroz. Incluso hay quien dice que nosotros somos un poco soberanos de los principios y de los fines. Y, no sin algo de razón, la verdad es que todo pasa y algo posa.


El caso es que ayer mismo cerré un ciclo, el enésimo, llamado MBA Full Time de la Escuela de Negocios Caixanova. Como si fuera una cebolla, voy sumando poco a poco capas y guardo algo de experiencia. Y mientras, me pregunto en cuántos otros ciclos estoy metido y en cuantos más quiero estar.

En imagen, una página de mi proyecto final de máster. Imágenes como ésta me demuestran que la vida es como un periódico, que lo que tenías ayer, ya no sirve de nada hoy.

Una tarde cultural

Publicado el lunes, 26 de octubre de 2009

Ayer tuve una tarde moderadamente cultural. Tampoco extremadamente cultural, pero sí bastante entretenida. Y es que quien crea que la vida en Vigo es aburrida, se equivoca. Porque vale, no tendremos musicales como Madrid, pero este mes de octubre hemos tenido la oportunidad de ver a Pilobolus y, en breve, tenemos a Slava con su último espectáculo. Y eso por no hablar de Jarabedepalo o Berto. Y hablo de octubre. Y hablo de Caixanova.


El caso es que no tenemos paseo del arte con su Prado, Thyssen y Reina Sofía, pero sí unas cuantas galerías gratuitas muy interesantes y ayer me dediqué a verlas. Concretamente, las del Centro Cultural Caixanova, la Casa das Artes y el Centro Social Caixanova, todas ellas en Policarpo Sanz. Para empezar, una más que interesante programación de autores noveles llamada El Arte de la semejanza, que abandonaba la ciudad ayer mismo. Para continuar, una retrospectiva de Maruja Mallo traída por Caixa Galicia, que ha despertado buenas críticas. Y, para acabar, el Espacio Colección Caixanova, la colección privada de arte gallego más importante. Muy recomendable, especialmente esta última parada.

En imagen, una obra de Juan Francisco Casas, dentro de la exposición El arte de la semejanza. Parece una fotografía bastante llamativa...aunque la realidad es que se trata de un retrato hecho a bolígrafo. ¡Impresionante!

El año que se iba a quemar Galicia (I)

Publicado el jueves, 22 de octubre de 2009

Me acuerdo que 2007 era el año en el que Valencia se iba a quemar. Literalmente. Unos estaban a vueltas con la celebración de la dichosa America's Cup y, otros, con el 300 aniversario de la Batalla de Almansa. Más que división entre una cosa u otra, fue una difícil mezcla de ésas que sólo se dan por allí. Pero parecía que, en cualquier momento, se iba a abrir el cielo en canal. Sobre nosotros, claro. Incluso algún inconsciente dijo que llegaría el AVE y nosécuántas promesas más. [Hago un pequeño inciso aclaratorio: este inicio de informativo que se puede ver en el link nunca jamás de la vida de Dios se volvió a repetir en Canal 9. Porque lo de sacar banderas sin la franja azul, himnos desterrados o hablar de "país" es algo que gusta poco a los dueños y señores de la cadena. Creo que a la buena de Gal·la Navarro, en un directo emocionante, le pegaron dos bofetones después de decir eso de "les tropes borbòniques van saquejar tots els nostres pobles, van abolir els nostres furs, els nostres drets com a valencians per la força de les armes, pel dret de conquesta. Per tant, hui, és un dia per a recordar com el dia que vam perdre la nostra identitat com a poble"*].


El caso es que, volviendo al tema, 2007 parecía que iba a ser el final de todo. Y el año pasó, sin pena ni gloria. Sí, la verdad, estuvo emocionante todo aquello de los barquitos y las esteladas, pero pasó y no mucho cambió. Y juntando temas, llevo dos semanas con un soplo detrás del cuello y que cada vez más me recorre la espalda. Y el martes averigüé qué narices era esa sensación: el Xacobeo 2010.

Para los poco doctos en la materia, en Galicia tenemos el Camino de Santiago, un bonito itinerario cultural que rinde cuentas desde la Edad Media a unos supuestos restos del apóstol de idéntico nombre. Hasta aquí, con sus razones a cuestas y cuando buenamente pueden, unos y otros ponen un pie tras otro para llegar a Santiago de Compostela. Algunos más allá de los Pirineos, otros a cuatro jornadas relajadas de la ciudad. Pero regularmente hay un año en el que la festividad del patrón cae en domingo, convirtiéndose automáticamente en Año Xacobeo. Y bien, se supone que esto se llena de guiris y no tan guiris que recorren el camino con la extraña sensación de quien quiere cruzar la plaza del Ayuntamiento el 19 de marzo a las 13.55 horas. Y la gente normal disfruta con una programación cultural y social especial.

Pues 2010 es Xacobeo, igual que 1999 y 2004 lo fueron. Y, he aquí el drama, igual que 2021 será. Es decir, el año santo no se volverá a repetir hasta de aquí once. Como intentaba decir en algún párrafo por ahí arriba, el martes (qué originalidad, el 20/10), se presentó la programación. Yo me frotaba las manos pensando que muy mal se tenía que dar para que no cayera U2. Incluso imaginaba que, viendo que en 2004 se pasearon por aquí los Red Hot Chili Peppers, Bob Dylan, Chemical Brothers, The Cure, Lou Red, Carlinhos Brown, Blondie, Gloria Gaynor, Silvio Rodríguez o Pavarotti; como mínimo era el turno de Coldplay (teniendo en cuenta que el ex director ejecutivo del FIB ahora era el gerente del Xacobeo).

Pero como suele pasar en estos casos...nada. Bueno, seamos serios, nada no: viene Mark Knopfler, le Cirque du Soleil y una versión descafeinada del Sónar. Vamos, que casi tuvieron mejor cartel las fiestas de Taboadela, no es por ser pesado (con Isabel Pantoja, Camela, Bustamante, Rosana y Barón Rojo, entre otros). Pero bien, así es la crisis y así la falta de voluntad política para encontrar acuerdos, aunque ése es otro tema mucho más complicado

En imagen, una pequeña empresa que fabrica refrescos de regaliz cola y que es patrocinadora del Xacobeo 2010. Creo que también hay otras compañías todavía menos conocidas como BBVA, El Corte Inglés, Unión Fenosa, Seguros Pelayo o Iberia; que seguro que pagan muy poco y por eso este Xacobeo es tan austero.

*"Las tropas borbónicas saquearon todos nuestros pueblos, abolieron nuestros fueros, nuestros derechos como valencianos por la fuerza de las armas, por el derecho de conquista. Por tanto, hoy, es un día para recordar como el día en el que perdimos nuestra identidad como pueblo".

La tregua del otoño

Publicado el martes, 20 de octubre de 2009

Parecía que este verano tardío no nos quería dejar. "No me cuentes batallitas de estaciones a las que hacer caso", susurraba el viento con fuerzas renovadas para doblar la esquina. El otrora radiante mercurio de los termómetros se alargaba mucho más de lo que su perezosa naturaleza quería. Y el tirante de la camiseta comenzaba a estar cansado de tanto tirar, que los hombros son muy anchos como para jugarse el todo o nada a un trozo de tela de un centímetro. Las bailarinas, otra vez, se cobijaron en la caja para, tal vez, nunca más bailar. Y con ellas los piratas arriaron los cabos y soltaron telas buscando tierras más agradecidas. Porque, otra vez, el tiempo estaba de vuelta. Sólo que ahora promete quedarse al calor del magosto durante seis meses.


Tardó, pero llegó el otoño. No en vano, por Valencia llamamos tardor a esta estación preludio del frío. Y siempre sigue el mismo guión por allí: un día estás en una terraza después de cenar y notas una ligera brisa. Coges una chaqueta. Dos días después, te llega el agua por las rodillas y parece que el mundo se acaba. Sacas la ropa de abrigo, pero ya estás acatarrado. Y de repente, vuelve a salir el sol. No te fías, pero al quinto día te crees que ha vuelto el verano. Vuelve a diluviar y tú, otra vez, sin ropa de invierno. Y tu catarro, así como el frío, contigo hasta Navidades; o más.

Aquí lo de la lluvia es otro cuento. Lo del frío, pachín pachán. Y el asunto nada baladí de la ropa de invierno, es una historia por escribir. A partir de ahora todo esto me vuelve a sonar y, aún así, todo es diferente. Parecía que este verano tardío no nos quería dejar. Y, sin embargo, hace tiempo que cambió de lado del ecuador. Nos regaló una pequeña tregua de casi un mes, para que nunca olvidemos su generosidad, pero ya se acabó. Estamos de prestado y, eso, se nota. Bienvenidas sean las sopas hirviendo, los chocolates calientes y las tardes con manta en el sofá.

En imagen, las hojas comienzan a tapar tímidamente el verde de un jardín cualquiera de Vigo. En unos días, el verde ya sólo será un pequeño recuerdo.

Deteniendo el tiempo

Publicado el domingo, 18 de octubre de 2009

Parece mentira, pero ya llevo aquí un año. Sí, sí, un año. El tiempo ha pasado volando y no voy a volver con la cantinela de cómo llegué y todo eso. Ni de mis más que habituales viajes (bueno, cuando estaba en A Coruña). Ni siquiera voy a hacer balance. Sólo puedo repetir el argumento de hace once meses. Un año: ¿ya o todavía?


Sin darme cuenta, ya he vivido aquí mis primeros otoño, invierno, primavera y verano fuera de Valencia. Montones de cosas: mi primera no-gota fría, dos elecciones, clases de gallego, viajes, visitas, gente nueva, metas más altas, inquietudes más incesantes. Y como dije que no pensaba ser filosófico, tan sólo os dejaré una imagen. Una de esas fotografías que dan mucho juego, pues me permito congelar todo y pensar qué es de mi vida y qué quiero hacer de ella. La fuente empuja el agua y no sabe exactamente dónde va a caer cada gota. Pero yo empiezo a creer que quiero dónde caer.

En imagen, un chorro de agua de una fuente golpea contra el estanque. Un momento tan poético que sólo es apto para 1/4.000 segundos de velocidad de obturación y modo macro.

Una ciudad entre piolets y crampones

Publicado el viernes, 16 de octubre de 2009

Nos hemos pasado toda la vida aprendiendo que entre A y B hay que coger un camino, perdido en la tranquilidad del olvido o de repente adorado, inequívocamente recto o escurridizamente poético, origen de cantares o propio del callejón de la memoria que todos guardamos, da igual. Pero si queremos ir de A a B, iremos por él. Toda la vida pasando por él. Pero hace algún tiempo aprendí que el camino más recto no siempre es el mejor.

Hasta ahora era sencillo sencillo. Cogía un mapa de Valencia ciudad. Buscaba A, pintaba B y trazaba la línea recta que los une. Si acaso giraba a la tercera a la derecha en lugar de a la segunda, por aquella mala experiencia que tuve a las mil de la noche; o porque no quería que me viera noséquién. Y caminaba.

En Vigo las cosas se hacen de otra manera. Busco A (que es donde trabajo, casi a nivel de mar), pinto B (que es donde vivo, a 125 metros de altitud) y trazo la línea recta que los une. Dice Google Maps que es 1,2 km, con un bonito desnivel medio de más del 10,4 %. Teniendo en cuenta que el temido Tourmalet tiene un desnivel medio del 7,47% y el Angliru un 7,93%, pues no está mal. Y a subir, ¿verdad? ¡Las narices!

En esta ciudad hay dos alternativas a las cuestas: buscar calles con subidas más agradables y que circunvalen (porque, en el fondo, subir vas a tener que subir igual) o buscas pequeños atajos que requieren más o menos esfuerzo. El primer caso implica caminar 500 metros más, pero no llegas a casa temblando cual polluelo. El segundo significa buscar todas las escaleras posibles, para evitar las rampas de la muerte. Eso y cruzar centros comerciales con escaleras mecánicas, en los que entrar por la planta -1 y salir por la 1. Y es que, cosas como éstas en una ciudad con planos horizontales perversos es, cuanto menos, saludable.

En imagen, un interesante desnivel de unos nueve metros que, gratuitamente, nos regala la ciudad. ¿Solución? Una escalera tan suburbial que le da hasta cierto encanto a la imagen.

Un atardecer por el oeste

Publicado el jueves, 8 de octubre de 2009

Lo dije hace algún tiempo: no es lo mismo ver como el mar te da los buenos días a que te dé las buenas noches. No tiene nada que ver. Pero eso de poder subir a un mirador, sentarse tranquilamente frente a las Cíes y disfrutar con un atardecer en toda regla, no tiene precio. Y aunque hubiera preferido cierta compañía, éste es uno de los pequeños detalles que tiene Vigo conmigo. Porque aquí no se celebrarán nunca unos Juegos Olímpicos, pero ver anochecer en media hora me compensa mucho más.

Este blog se va unos cuantos días de puente. Tiente cuentas pendientes a saldar por la meseta. A la vuelta, más y mejor.

De barcos, dramas y enamoramientos

Publicado el martes, 6 de octubre de 2009

Últimamente estaba bastante desencantado con EPS, el suplemento dominical de El País. No por nada en especial, sino por una mezcla de diversos factores: temas previsibles, rediseño más que cuestionable, predominio de reportajes vulgares, falta de perspectiva... Un juicio propio, sí, pero un juicio.


El caso es que el otro día me volvió a enamorar. Y todo gracias a un reportaje de esos que te hacen soltar un suspiro. De los que te demuestran que no sabes nada. De los que sirven para agitar tu conciencia burguesa. De los que disfrutas leyendo durante 15 minutos. Y de los que os recomiendo encarecidamente. Habla de la hipocresía de Occidente, de dramas escondidos, de basura humana. Esta vez, en India y Bangladesh y con la industria naval (o chatarrera) de fondo. Y, lo peor de todo, que no falta a la realidad. Porque sí, las historias lejanas dejan de serlo en el momento en que te las encuentras de bruces.

En imagen, algo que el reportaje describe y uno nunca puede imaginar que es tan absolutamente cierto. Tan dolorosamente veraz.

Cuando el mar deja de ser elitista

Publicado el domingo, 4 de octubre de 2009

Me acuerdo que en los primeros pasos del camino para que Valencia fuera designada ciudad organizadora de la 32nd America's Cup, no entendía muy bien por qué narices queríamos acoger una celebración futbolística de América. Sumido en mi ignorancia, no sabía yo que se trataba de una centenaria competición de vela. Casi tan prestigiosa como elitista. La historia me agradó y me desagradó soberanamente: por un lado me parecía una buena manera de acercar a los valencianos su mar y, por otro, me parecía una aberración meter tanto dinero en un pasatiempo para ricos. Al final, el tiempo me dio la razón y la America's Cup sirvió para tres cosas:

  • Atraer durante unos días a elitistas navegantes (todavía recuerdo cuando puse un pie en la tienda de Prada y me pidieron -en italiano, eso sí- 90€ por una bolsa de plástico).
  • Subirle el ego desmesuradamente a los políticos y demás miembros de la servidumbre mediática.
  • Remodelar la fachada marítima de Valencia y especular con ella.
Pero fue todo una obra estética, muy en la línea de lo que nos gusta a los valencianos. Porque, otra cosa no, pero aparentar, el que faça falta. Muchos nos acercamos al puerto a ver qué era aquello, pero ya está: un día y nunca más volvimos porque nadie se esforzó en enseñarnos, en atraernos realmente. Y todo este amor repentino por la vela, como vino, se fue con la copa de las 100 Guineas a Ras el Jaima. Y lo de navegar quedó para cinco grupos: los mercantes, los pescadores, los escasos amantes de la vela latina, los ricos con yate y los que se van a Mallorca.

Aquí en Galicia la historia no tiene nada que ver. Por estos lares tenemos cerca de la mitad de días de sol que Valencia, un océano más bravo y menor renta per capita. Pero eso no es problema. Porque existe algo que se llama voluntad. Por ejemplo, tanto Caixanova como Caixa Galicia tienen escuelas de vela sufragadas por su obra social, dirigidas a fomentar el deporte base. Así, por no mucho más de lo que se paga por jugar a fútbol, tu hijo puede aprender a navegar. Un deporte como otro cualquiera y sin etiquetas de elitismo.

Y eso sin hablar del deporte profesional. Sólo dos datos: existe un campeonato de traineras en el que históricamente únicamente han participado grupos vascos y cántabros; hasta quellegaron los gallegos de Cangas y Moaña. Y eso sin olvidar la gran tradición de los C y los K, con David Cal de baluarte (no en vano, con cuatro es el gallego con más medallas olímpicas).

Y sí, es cierto que tener un yate como éste que estuvo el otro día en Sada sigue siendo una cosa elitista. Incluso contar con un amarre en el centro de la ciudad te puede salir por un dineral (para que luego se pegue fuego el barco, por cierto). Pero no es tan raro tener un bote, una lancha o una zodiac. Algo no demasiado difícil de transportar o amarrar y que, en un momento dado, te permita dar una vuelta por la ría o bordeando el litoral.

En imagen, dos embarcaciones coinciden en la ría de Vigo, con Moaña al fondo. Imágenes como ésta me recuerdan que las etiquetas son tan fáciles de arrancar y poner...

Una visión al pasado

Publicado el jueves, 1 de octubre de 2009

Nunca pensé que podría escribir una entrada dedicada a ABC. Sí, el diario ABC. Pero ha llegado su turno. Y es que acaban de atreverse a ofrecer algo que muy pocos periódicos con su dilatada trayectoria se habían atrevido: publicar toda su hemeroteca en Internet. Y, ¡oh sorpresa!, en PDF y con enlace único a página. Me parece una fantástica iniciativa y una manera de divulgar su labor periodística y acercar la historia a la gente. En el fondo, con Internet el conocimiento ya no está recluido en hemerotecas.


Y así uno se puede pasar la tarde (no de forma literal, puntualizo). Por ejemplo, degustando esta portada republicana del periódico monárquico. O leyendo las crónicas gloriosas de su pariente futbolista. O indagando cuándo apareció Michael Jackson por primera vez en el periódico. O qué pasó el día de su nacimiento (aquellas gloriosas fotoportadas de ABC). Y, sí, ya sé que os va el morbo, así que no podréis evitar buscar portadas de la muerte de los papas (vamos, os podéis entretener buscando papas durante más de un siglo), aunque también sirve de sus proclamaciones. O la proclamación de reyes (por cierto, estoy viendo detrás al príncipe y las infantas y EFE no ha censurado la foto...).

En imagen, una portada de ABC en tiempos de gobierno republicano y en plena Guerra Civil. Por lo menos, llamativa es...

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