noviembre 2009

Los viejos clásicos nunca mueren

Publicado el domingo, 29 de noviembre de 2009

Decía Miguel Ríos, en la que será su frase lapidaria, que los viejos rockeros nunca mueren. Toda la razón tiene el buen hombre. Pero podría haber sido mucho más ambicioso en su enunciado, porque los viejos clásicos tampoco mueren nunca.


Y esta nueva lección moral de mi blog no es gratuita, lo prometo. Viene a cuento de un par de asuntos que tengo en mente últimamente. El primero es que llevo algunas semanas viendo la serie cómica entre las series: Friends. Aunque pueda parecer mentira, hasta ahora nunca me había parado a seguirla. Pero gracias al streaming y a una deuda moral, ya voy por la séptima temporada. Estoy en un punto en el que me he conseguido convencer de que nunca va a existir otra serie como ésta (que dure 20 minutos y en un tono de comedia). Y pese a esas conversaciones noventeras y esas vestimentas totalmente ochenteras, ¡los viejos clásicos nunca mueren!

Otro asunto que tengo entre manos desde hace algunas semanas es el de escuchar música. Y me ha dado por recuperar aquellos discos que tenía olvidados: un buen momento para mirar a U2, Travis y Coldplay. Pero me he fijado especialmente en el disco Parachutes, del último grupo. Como imagino que sabréis, fue su album debut y siempre lo tuve como el más flojo. Además, lo recordaba como un disco desordenado, sin un mensaje claro, en la búsqueda de un estilo propio. Y casi lloro al recordar canciones como la sencillamente optimista Don't panic, la declarativa y enamoradiza Yellow, la indescifrable y triste Trouble o la frustrantemente sentimental Shiver. Porque, ¡los viejos clásicos nunca mueren!

No contentos con esta mirada de una década atrás, vuelvo un poco más atrás de la mano de esta noticia. Y es que Spandau Ballet anuncia que vuelve, con una gira y un viejo-nuevo disco. Y con viejos-grandes clásicos como True o Gold, para momentos tan antagónicamente compartidos y solitarios. Youtube, mientras, nos regala esos videoclips sobrecargados de humo, con voces metálicas y hombreras en franca recuperación. Y sólo queda decir que ¡los viejos clásicos nunca mueren!

En imagen, Tentáculo Púrpura o algo parecido gracias al origami. Para aquellos que no lo recuerden, tal vez necesiten echarle un vistazo a uno de los primeros juegos de masas, Maniac Mansion.

A un siglo de cultura

Publicado el jueves, 26 de noviembre de 2009

Ya se me escapó una vez que en Vigo tenemos un cierto aprecio a la cultura. Tampoco es que sea una locura, pero sí una predisposición a recibir a grandes del teatro, la música, el cine y, por supuesto, la pintura.


En esta línea, Caixanova -si los politiqueos quieren- está preparando para 2010 una retrospectiva de uno de los grandes autores de Galicia del último siglo, Luis Seoane. Y bien, aunque ya sé que nació en Argentina de padres gallegos, de pequeño emigró a Galicia y defendió durante muchos años la buena imagen de esta tierra por Sudamérica.

Dicen que es, también, uno de los más polifacéticos del siglo XX. Y que sus cuadros recuerdan al expresionismo de los 30 en Centroeuropa. Incluso el lienzo que ilustra esta entrada guarda una bonita historia: Seoane lo pintó para ser subastado y pagar así la multa que las autoridades franquistas le habían impuesto a un cura por unos comentarios contrarios al régimen. La colecta fue tan bien que se pudo pagar la multa y conservar el cuadro durante muchos como la imagen de la iglesia durante unos años, por petición de sus feligreses (y tan sólo acabó en la Colección Caixanova porque necesitaban acometer unas reformas). También fue un erudito de las letras: anduvo detrás de todos los géneros y estilos. Además, se dedicó a colaborar en cualquier tipo de publicación que cruzara el umbral de la puerta.

Y es por eso que, aprovechando el siglo de su nacimiento, una iniciativa permitirá recordarlo. Y, a mí, empaparme. Tendréis más noticias, desafortunadamente para muchos de vosotros, en cuanto aterrice la muestra en la ciudad. Serán días intensos de trabajo.

En imagen, el Cristo obrero crucificado de Luis Seonae. Imágenes como ésta no hacen justicia a la realidad...

Coincidencias de papel

Publicado el martes, 24 de noviembre de 2009

Un día, hace ya muchos años, hablando con Toni (Aldaia) surgió una de aquellas coincidencias mágicas. Casi por casualidad, había acabado en mis manos un libro muy finito con un título poco sugerente para mis 16 años: Es mor una vida, es trenca un amor* de Joan Pla. El caso es que recuerdo perfectamente el momento en que, tiempo después, los dos nos dimos cuenta que habíamos leído el mismo libro (algo sorprendente, pero no demasiado extraño, porque en aquella época éramos unos lectores empedernidos). La historia se volvió a repetir años después con mucha más gente de la que hubiera imaginado.

Y es un poco extraño, porque no fue un gran éxito comercial, teniendo en cuenta que sólo se pudo leer en valenciano. Pero atrae porque el libro cuenta la historia de amor de dos jóvenes, con la particularidad de que el narrador alterna entre los personajes según cada capítulo. Lo cierto es que Joan Pla acabó por convertirse en uno de los pocos autores actuales que escribe novela juvenil en esta lengua, aunque esta obra era su primer trabajo. Y parece que tuvo cierto éxito. Incluso un día alguien me dijo que se editó una segunda parte (Només la mar ens parlarà d'amor**).

Todo esto me vuelve a la memoria porque el libro transcurre parcialmente en Galicia. En mi adolescencia, todo esto de Galicia me quedaba lejos y me costaba imaginármela. A duras penas, con el libro, esbozaba un paisaje verte: el truco era visualizar algo que conociera y poner más plantas. Rudimentario pero eficaz.

Caprichos del destino, ahora ya no tengo que imaginarme el paisaje, porque todos los días cuento con la oportunidad. Y no he resistido la curiosidad de buscar el nombre exacto de los lugares por los que transita la historia: ¡A Coruña, Vigo y Canido! Y, más caprichos del destino, he estado en los tres: en A Coruña durante nueve meses, en Vigo continúo y en Canido, por ser una de las playas cercanas a Vigo. Al final uno acaba pensando que tantas casualidades tendrán alguna explicación...o ninguna.

En imagen, la playa de Canido un día de este verano, cogida de esta página web. Imágenes como ésta me recuerdan aquello de la relatividad del tiempo, pero también de los conocimientos.

*Se muere una vida, se rompe un amor.
** Sólo el mar nos hablará de amor.

Malo será

Publicado el domingo, 22 de noviembre de 2009


Gadis, o mejor dicho la agencia de publicidad BAP & Conde, lo ha vuelto a hacer: otro señor anuncio. De ésos en los que la gente se siente identificada. De ésos en los que nadie cambia de canal. De ésos que aparecen en blogs como éste. La fórmula es sencilla, la misma que los dos años anteriores: los gallegos son gente diferente. Y la excusa de este año es el tema de moda: la crisis. ¿Y quién mejor para hablar de crisis que los gallegos?

No voy a entrar a hablar demasiado del anuncio, porque sino pierde su gracia. Pero sólo diré que, tras una primera parte un tanto sentimental, viene la parte realmente jugosa:
malo será. Pues eso, un "malo será" para los que andan estos días con exámenes a la vista o para los que están preocupados por el trabajo.

Fuimos capaces de hacer la maleta cuando sabíamos que nos alejábamos de nuestra casa por muchos años. Fuimos capaces de viajar donde nadie fuera antes. Luchar sin entender; abrirnos paso en una vida dura y combativa. Fuimos capaces de decir adiós, de ser padre a miles de kilómetros y madre y padre a la vez. Somos capaces de conquistar los mares todos los días y desafiar todas las olas del mar. Somos capaces de madrugar y ser tres personas a la vez. Y sacar una familia adelante y sonreír y gozar. Somos capaces de trabajar y estudiar y ayudar en la casa. Somos capaces de salir adelante como pocos en el mundo. ¿Cómo no vamos a ser capaces de salir adelante en momentos difíciles? ¿Cómo no vamos a ser capaces de inventarnos, de apretar los dientes, de trabajar más y mejor? ¿Y sabéis por qué? Porque tenemos una fórmula secreta.
Tranquila, malo será. Malo será oh. No mujer, malo será. Que sí, que malo será. Malo será. Malo será. Una fórmula con la que predecimos el tiempo: ¿y tú crees que abrirá? Malo será. Y gozamos de la playa: ¿estará buena? Malo será. Con la que aprobamos los exámenes: ¿qué tal el examen? Malo será. Y conocemos gente: esta noche, malo será. Una fórmula con la que encontramos siempre sitio: ya verás hombre, malo será. Y encontramos a nuestros amigos donde sea: no lo vemos ni de broma. Malo será. Y seguimos teniendo fe en los pimientos de Padrón: malo será. Y con la que confiamos siempre en nuestro equipo: ¿salvaremos? Malo será niño. Malo será. Una fórmula que cruzó fronteras: ¿tendremos sitio para dormir en el albergue? Malo será. Y seguirá cruzándolas: este año tendríamos que llenar Nueva York de gaiteiras. Malo será.
Así que cuando tengas dudas, ansias o preocupaciones, ¡utiliza la fórmula secreta! Malo será. Démonos cuenta de lo bien que vivimos, valoremos nuestra forma de vida, ¡vivamos como gallegos! Que malo será...

Perdidos en Vigo

Publicado el viernes, 20 de noviembre de 2009

A él le gustan los accidentes de aviación y, aunque suene cruel, en Vigo precisamente tenemos uno de los más peligrosos de Europa (por encontrarse literalmente entre montañas con un maravilloso microclima). A él le dan cierto repelús los médicos sabelotodo y en Vigo también (por eso, todos parecen en contra del nuevo hospital). A él le tocan bastante la moral los músicos pasados de rosca y en Vigo también (y así se explica que U2 no vaya a tocar el próximo año). A él le gusta creer que tiene una misión divina superior encomendada y a Vigo también (porque es la ciudad, pero no la capital). A él le encanta vivir con un cuchillo entre los dientes, rodeado de peligros y a Vigo también (especialmente si conduces, que tienes que demostrar cierta agresividad).


Pero, sobre todo, a él le gustan las islas teóricamente desiertas y en Vigo tenemos de eso. Y en dos meses, sólo dos meses, empezaremos a descubrir qué más tiene en común John Locke con Vigo.

En imagen, un ejercicio de origami básico que representa al bueno de John Locke, con las Cíes de fondo. Imágenes como ésta nos demuestran que las coincidencias están bastante más cerca que en unos números de la suerte (y también que las tijeras de puntas redondas hicieron demasiado daño a mi generación).

Cuestión de supersticiones

Publicado el miércoles, 18 de noviembre de 2009



Mira que esta entrada me va a costar un disgusto de carácter familiar, pero no tengo más remedio que ponerla. Se trata de la campaña de abono al Celta de Vigo, un histórico equipo que ahora mismo no pasa por su mejor etapa. Supongo que es mi pequeño homenaje a un trabajo bien hecho y a todos aquellos que tenemos supersticiones demasiado absurdas. ¿Las mías? Diremos que de las que salen en el vídeo solamente la de las escaleras. El resto, en próximas entradas. Dejo una pequeña transcripción no completamente literal del texto (digamos que todavía no me he acostumbrado a algunas palabras propias de la ciudad):


Tenemos el extraño tema de querer acercar la suerte a nuestro lado con cada cosa que hacemos. O que ponemos: los calzoncillos de la suerte, los calcetines mágicos. Como si por hacer ciertas cosas una fuerza del más allá se tuviera que poner de nuestro bando. Algunas rozan lo absurdo, como tener que abrir y cerrar la puerta tres veces antes de salir de la casa. O no pisar las rayas al aparcar. Quizá si subo las escaleras de dos en dos, de una en una, de dos en dos y de una en una; o no quito la bufanda en todo el partido, puede que así pase algo bueno. Incluso llego a creer que en mi oreja está la clave del éxito. Estamos tan acostumbrados a sufrir que tan sólo nos hace falta que funcione una sola vez para volver a hacerlo siempre. Puede que sea lo último que nos quede. Pero aunque muchos piensen que lo que hago no sirve de nada, nunca dejaré de ser del Celta.

Mordiendo la manzana correcta

Publicado el lunes, 16 de noviembre de 2009

Allá por el 94 empecé con clases de informática, aunque ya trasteaba con ordenadores desde algunos años antes. Fui un curso, pero recuerdo que llegaba a clase y todas las computadoras eran iguales, excepto una fila que siempre estaba vetada y tenía un par de ordenadores con pantallas verdes y naranjas y otros aparatos con un símbolo bastante colorido. Concretamente una manzana. Macintosh se llamaban. Yo tuve entre mis manos un 286, un 386 y luego un 486. Más tarde llegaron los Pentium y los AMD; con un núcleo, dos o cuatro. Y trasteé en MS-DOS, Windows 3.1, 3.11, NT, 95, 98, 98 SE, Millenium, 2000, XP Home Edition, XP Professional, Server 2003, Vista Home Basic, Vista Home Premium y 7. Y la manzana mordida, siguió ahí.


La manzana siguió dando vueltas por ahí, a veces en ordenadores de la facultad y otras bajo el brazo de un profesor con gafas de pasta. Incluso en el máster apareció un director con un Air y en mi departamento existen dos (por supuesto, lejos de mi alcance). En unas prácticas también estaba y, recuerdo, más de una vez lo vi por el Punt. Y supe que algún día acabaría por tener una manzana. Había gente que, incuso, escuchaba música en una manzana; a veces veía vídeos y fotos.

Hoy, por fin, me toca morder la manzana a mí. No, no tengo un portátil Mac, pero sí un Ipod Touch, que además no me ha costado nada. Y esto promete ser el principio de una bonita amistad... Y también promete hacerme más insoportable todavía. El siguiente eres , no sé cuándo, ni cómo todavía.

En imagen, yo mismo comprobando cómo se ve este blog a través de él. Imágenes como ésta me obligan a escribir entradas más ligeras, que luego es una faena bajar y bajar y bajar...

De petroleros que se olvidan fácilmente

Publicado el sábado, 14 de noviembre de 2009

Ayer se cumplían siete años del hundimiento del Prestige, la mayor catástrofe medioambiental que ha afectado a Galicia en la última década (aunque también tendríamos que considerar los incendios de 2006). El caso es que, recurrentemente, el asunto vuelve a la luz pública cada mes de noviembre, a mediados, y se habla de que casi todo sigue igual. O dicho como una verdadera patada en el estómago: una de las movilizaciones populares más importantes posiblemente de la historia contemporánea de Galicia no ha servido de nada. Ni más, ni menos.


Recuerdo que ahora hace siete años siempre me enteraba de las últimas noticias de la catástrofe del Prestige de la última manera: el informativo nocturno de RNE al salir del instituto, en el coche del padre de Julio. No podía evitar pensar en otras cosas, era una época rara la verdad. Y todo aquello de los hilos de fuel, de las galletas de chapapote y de no sé qué más. Me parecía tan lejos como doloroso.

Pero mira si da vueltas la vida que ahora estoy aquí y todo ha dejado de ser raro. O se ha vuelto más, no sé. Y el que se entretiene viendo petroleros pasar frente a la ría soy yo. Dicen los medios que ahora la mayoría son bicasco e incluso tricasco, pero eso tampoco garantiza nada. Dicen que el sistema de coordinación sigue sin funcionar, no me extraña. Incluso dicen que un temporal como el de este fin de semana daría más de un susto a algún que otro petrolero que se pasea por la zona. Dicen tanto, que sólo se volverá a hablar del tema con seriedad el día que vuelva a pasar algo.

En segundo plano de la imagen, frente a las Cíes un mercante espera para entrar en el Puerto de Vigo, mientras un petrolero cruza la boca de la ría. En primer plano, unos valientes bajan del Faro de las Cíes.

De la globalización y sus pequeñas miserias

Publicado el jueves, 12 de noviembre de 2009

Leo en prensa: El 80% de España ya se puede ver en Google Street View. Y me hace gracia, porque hace cierto tiempo que pillé a la vecina de mis padres descargando la compra del coche. Además, ya había recorrido Londres y alguna que otra gran ciudad a ritmo de flechas.


Pero recuerdo que en A Coruña me crucé un par de veces con el conocido coche. Una de ellas la recuerdo perfectamente; la otra, la tengo en el olvido (creo que no iba sólo, seas quien seas, si te acuerdas, ¡avísame!). Y me da por buscar en Google Street View la calle, selecciono y...¡toma! Desde ahora ya no sólo tengo cuenta en todos los servicios inimaginables de Internet, sino que también estoy en Google Street View. Con la cara difuminada, pero ahí estoy, junto al marido de la prima de mi novia, Diego. Y con mi nórdico de Zara Home recién comprado. Éstas son las cosas que te ponen de buen humor un jueves después de 9 horas y media trabajando...

Este asunto me deja una reflexión: ¿soy el único que está en Google Street View? Y, otra más relevante para mi blog, ¿vais a permitirme que abuse de este servicio a partir de ahora? Sí, por supuesto.

En imagen, Diego y yo con mi nórdico, camino de no sé bien qué menester. Recuerdo que el frío no había llegado e, incluso, hasta el día (por una noticia que hablaba de Castelló). Imágenes como ésta me hacen sonreir al saber que nunca hice nada malo en A Coruña (y mucho menos que atravesara la privacidad de Juan Flórez nº 11.

Estilos musicales desconocidos

Publicado el lunes, 9 de noviembre de 2009

El otro día de vuelta del trabajo pasaba por la puerta de este pub, repleto los sábados por la tarde de preadolescentes que acuden a las sesiones light. Se llama Embassi y recientemente un camión-hormigonera se empotró literalmente en su puerta, media hora después de que yo pasara por ahí.


Un sitio como otro cualquiera, pero con un cartel bastante atractivo en el que mostrar la programación de los próximos días. Y leo: Embassi House, Fluor Party, Embassi House y Fly Party. Vale, las sesiones "Embassi House", está claro que son "lo de siempre". Pero, ¿qué narices es una "Fluor Party"? Porque a mí me recuerda a aquellos enjuagues de flúor de la escuela...Y, lo que es peor, ¿de dónde sale una "Fly Party"? ¿Estoy demasiado desconectado del mundo? Al menos, ¿sonará algo conocido? Y una última duda: ¿por qué todo en inglés? ¿Debería pensar en llamar a este espacio algo así como From Poniente To Levante?

En imagen, el cartel del pub Embassi, patrocinado por Coca-Cola, que para algo es año santo. Imágenes como ésta me sumergen en el maravilloso mundo de la invención de nombres en el mundo de la noche.

Si Amancio lo dice... (II)

Publicado el sábado, 7 de noviembre de 2009

Puntual a su cita de noviembre, ¡bendita sea la Navidad! Y no es que me haya comprado un calendario con varias hojas menos o me haya dejado llevar por los deseos consumistas, sino que hay tradiciones que no se deben mover. Como por ejemplo que, desde que estoy en Galicia, mi Navidad empieza cuando él lo dice. Y desde esta semana, él lo dice. Puede que ya no esté en A Coruña y en cierta manera se diluya el embrujo...pero cuando en conversaciones de café descubres que los abrigos de tus compañeros tienen detrás al gran genio, sientes que todo sigue igual.


En imagen, uno de los escaparates de Zara del centro comercial Gran Vía, en Vigo, el más grande de galicia. Imágenes como ésta me hacen pensar que ya casi estoy comiendo turrones.

El año que se iba a quemar Galicia (II)

Publicado el miércoles, 4 de noviembre de 2009

Si el otro día hablé de la fallida programación del Xacobeo 2010, hoy toca centrarse un poco en la rumorología relativa a Vigo. Porque sí, esto de concentrar el año Xacobeo en Santiago teniendo dos ciudades como Vigo y A Coruña que son 3 y 2,5 veces más grandes, tiene sus complicaciones. Que sí, que Xacobeo tendría que ser igual a Santiago, pero bueno, qué os voy a contar de luchas de poder que no conozcáis.


Como decía, aunque la mayor parte de los actos tienen como sede a la capital, unos cuantos se dejan caer 60 kilómetros más al norte o 100 kilómetros más al sur. Por ejemplo, el próximo año se podrá disfrutar de una versión light del Sónar de Barcelona en A Coruña. Muy bien para la gente a la que le guste la música electrónica (aunque teniendo en cuenta la amplia programación de grandes eventos que tenemos por aquí, será mejor no mostrarse tan exigente).

La clave es que en Vigo todavía no se ha anunciado nada. Vale que no somos capital de nada (bueno, de comarca sí), ni tenemos equipo en primera división. Pero feo estaría no programar ni un acto por aquí. Aunque sea el inicio/cierre de la gira Camela Unplugged. Así que, los rumores dan mucho juego mientras. El más insistente dice que un sucedáneo de FIB se dejará ver por aquí, que yo ya me iría dando con un canto en los dientes (pero también es cierto que si todo lo que publica este medio fuera fiable, ahora mismo yo tendría mis ahorros en Caja Madrid o vete tú a saber dónde).

Pero la bomba que está en boca de algunos sectores desde hace un par de semanas dice que U2 quiere 5 millones de euros más en septiembre de 2010 y Vigo es un buen sitio para conseguirlos. Sí, sí, como suena: están pensando en meter un concierto en la península a finales de septiembre de 2010, aprovechando que el 29 de septiembre tocan en Sevilla y el 2 de octubre en Coimbra (en Portugal, entre Lisboa y Oporto). Se comenta que el alcalde estaría dispuesto hasta a montar el escenario en las Cíes. "¡Que pidan por esa boquita!", grita por los pasillos del concello. Y tan sólo faltaría un pequeño detalle: quién pone los 3 millones que piden los irlandeses, que seguro que se amortizaban en 2 horas (aproximadamente el tiempo que tardarían en venderse las entradas). Aunque claro, no es un detalle menor: por supuesto que la iniciativa privada no está para poner estos caudales y la pública autonómica, en fin, tampoco lo parece. Y aquí es donde uno se pregunta aquello de "para qué sirven los políticos". Porque si enterrar 300 millones de euros en la Cidade da Cultura (próximamente en este blog) es fácil...sacar 3 millones de euros para U2 tiene que ser todavía más sencillo.

En imagen, el mejor disco de U2, en una versión lanzada algunos años. De fondo, la botella de agua edición especial -pseudocoleccionista- lanzada por Mondariz para conmemorar el Xacobeo 2010.

La tarde inesperada

Publicado el lunes, 2 de noviembre de 2009

Un valenciano sabe siempre cuando se acaba una mascletà, un castillo de fuegos artificiales o una traca cualquiera. Siempre. Y eso es un axioma irrefutable, aquí y en la China comunista. Y así acaba esta historia.


Esta tarde era una tarde cualquiera, lluviosa y bastante aburrida. Recordando clásicos y reposando una semana especialmente dura. Pero, en uno de aquellos claros impredecibles, me dio por bajar a pie de ría a desintoxicarme de tanta tranquilidad. Chispeaba un poco o eso parecía. Con cuidado para no resbalar, llegué al puerto. Y me encuentro un castillo de fuegos artificiales, con cierto ritmo, que no es poco.

Me acerco y pregunto. Una señora mayor me explica que hay dos cruceros gemelos en el puerto y que uno de ellos cumple 44 años y es su último viaje. Luego lo desguazan porque no cumple con las nuevas normas de navegación. Para despedirlo, está inmerso en una ruta de 37 días que le acercará a 18 puertos. Y en cada puerto que atraca, una fiesta con misa, recepción de las autoridades locales y fuegos artificiales. Vigo no podía ser una excepción y ha habido misa, recepción y fuegos, en este caso de la pirotecnia Caballer. Y allí estaba la gente, agolpada en las terrazas o parada por las aceras, contemplando el espectáculo. Muy bonito y bien montado. Se nota que llega el final y la gente sigue igual. Yo arqueo las cejas, está a punto de acabar. Y acaba, la gente no se mueve, espera una carcasa más, una palmera que siga. Pero no, se ha acabado.

Porque un valenciano sabe siempre cuando se acaba una mascletà, un castillo de fuegos artificiales o una traca cualquiera. Siempre. Y eso es un axioma irrefutable, aquí y en la China comunista. Y así acaba esta historia.

En imagen, parte del castillo de fuegos artificiales, junto al puerto pesquero de Vigo. A la derecha, con una discreta y festiva hilera de luces, se adivina el crucero, detrás de la estación marítima y el muelle de transatlánticos.

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails