julio 2010

El día en el que mirar a Galicia

Publicado el domingo, 25 de julio de 2010


Día grande el de hoy en Santiago de Compostela y, por extensión, de toda la comunidad. El 25 de julio es el día del patrón y, su coincidencia en domingo, permite que llevemos casi ocho meses pregonando el Xacobeo. Es la jornada más simbólica de un año especialmente promocionado, en la que miles de personas se dan cita en la capital y un pretexto como cualquier otro para celebrar el día nacional de Galicia y reforzar la galeguidade.


La verdad es que estos días la cobertura informativa de Galicia y el Xacobeo en los medios estatales está siendo más que generosa, siempre ligada a esa óptica provincialista rancia que tanto gusta. Porque está claro que aquí sólo hay pulpo, Camino de Santiago y gente con un acento curioso. Tópicos a un lado, hoy en Santiago no cabe una aguja. Se habla de 200.000 visitantes en una ciudad que no llega a los 100.000 vecinos. Sin ir más lejos, este Xacobeo ya se ha convertido en el año que más peregrinos ha registrado en la historia, unos 12o.000, pulverizando todos los récords de afluencia a falta de cuatro meses. Ayer, por ejemplo, llegaron 1.901.

Uno de los momentos culminantes precisamente se vivió anoche, con los llamados Fuegos del Apóstol, un espectáculo piromusical que se alargó durante media hora. Al frente del tal cantidad de luz y sonido estuvo, como no podía ser de otra manera, Ricardo Caballer y su pirotecnia.

Con tantos fuegos artificiales y VIP en la ciudad, seguramente pasará inadvertido el cierre del primer medio digital en gallego, Vieiros, tras 15 años de andadura. Una mala noticia, como siempre que se apaga un medio.

En imagen, la primera parte de los fuegos artificiales de anoche, según la retransmisión de TVG. Está grabación está dividida en cuatro partes: Parte 1, Parte 2, Parte 3 y Parte 4. Por cierto, Lluís Llach también pone música.

Suecia llega a Galicia

Publicado el martes, 20 de julio de 2010


Después de mucho tiempo de indefinición, esta mañana el alcalde de A Coruña, Javier Losada, y la conselleira de Traballo, Beatriz Mato han serrado el tronco más célebre del mundo. Los suecos de Ikea han abierto sus puertas en A Coruña, pintando un atractivo punto de peregrinación en el norte de la comunidad. La ciudad herculina, que también tiene los únicos FNAC y Primark de Galicia, parece que es el mejor mercado para poner en marcha iniciativas de multinacionales a este lado del mundo.


La nueva tienda de Ikea es una de las más modernas de Europa, cuenta con 30.000 metros cuadrados y emplea a medio millar de personas de forma directa. Ahí es nada. Espera recibir hasta 80.000 personas de aquí al sábado, que en koruño sería un "abarrote del parrote". De hecho, en la primera jornada VIP para empleados y familiares celebrada el sábado pasado ya se dejaron ver 4.000 personas en unas pocas horas. Según las cuentas de peaje y gasolina, se dice que todos los gallegos que vivan por encima de la línea que marca la ría de Vigo les saldrá más rentable viajar a A Coruña; a los que estamos al sur, Oporto gana por céntimos. Habrá qué estar atento para averiguar de dónde provienen sus visitantes, porque me temo que vamos a detectar alguna que otra fobia.

El complejo de la multinacional del mueble está en Marineda City, el que pronto será el mayor centro comercial de la península y uno de los más extensos de Europa. Hasta que llegue el siguiente dos semanas después, claro. Precisamente, el entorno en obras en el que han abierto su emporio del "monte usted" los señores de amarillo y azul era hasta hace unas semanas una carretera de polígono polvorienta. En un tiempo récord para un político, han creado una rotonda con túnel inferior, que todavía se asfaltaba hace dos días, como dan buena cuenta en este foro.

En imagen, un vídeo que ilustra parte de la maravillosa campaña que ha acompañado el desembarco de Ikea en A Coruña. Algo me dice que la buena de Maruxa va a tener muy pronto la casa como todos los gallegos. Vale, rapaciños, gracias.

Gaviotas que se hacían pasar por Mirage

Publicado el domingo, 18 de julio de 2010

Fin de semana de mar y aire el que hemos tenido en Vigo a cuenta del Festival Aéreo de Vigo. O de guerra, según se mire. Hasta cuatro buques de la Armada y casi medio centenar de aeronaves se han dado cita para fanáticos y curiosos. Las primeras con acto castrense e Infanta; las segundas, con 450.000 asistentes, siempre según el alcalde vigués (que bien es sabido que para el asunto de los cálculos deja algo que desear).


El caso es que, máquinas armadas a un lado, ha sido una interesante cita que cumplía su octavo año, consolidándose como uno de los encuentros clásicos de mediados de julio en la ciudad. El año pasado anduve liado con el proyecto y no me acerqué, pero no podía perder la oportunidad este domingo. Subí al Castro armado con mi teleobjetivo dispuesto a disparar a todo lo que se moviera, especialmente el Mirage y el B-52. Confiaba en que la distancia a Samil no fuera insalvable y se pudiera tomar algún plano decente. Una lástima que no fuera así.

El caso es que dediqué una hora, tiempo que contrasta con las seis horas largas de festival y las dos horas previas que pasan algunos guardando su sitio en la arena. El resultado, aunque fotográficamente no es muy bueno, en cuanto a sensaciones y aprendizajes para próximos años sí. Por supuesto, en Flickr hay fotos más bonitas y en las que se distingue mucho mejor lo voló sobre la arena. A veces la gente señalaba puntos en el cielo que eran gaviotas. O confundían estelas de humo con agua. Muy gracioso, pero prometo que el año que viene madrugo más.

En imagen, un Canadair destinado a sofocar incendios deja caer su carga sobre el público de Samil, con las Cíes y un gran número de barcos al fondo. Reconozco que la imagen es mala y está desenfocada, pero está claro que es un instante fotográfico, sí, sí.

¡Que suene la música!

Publicado el jueves, 15 de julio de 2010

Llega el verano y pocas excusas hacen falta para montar un tinglado musical. Con el pretexto de que arranca este jueves el gran festival del verano, el FIB, seguramente veamos en los próximos días unos cuantos reportajes analizando el negocio de estos espectáculos. Galicia no se queda a un lado, especialmente en un año como éste.


Sin ir más lejos, este fin de semana pasado se ha celebrado en la ciudad el Vigo Transforma, una propuesta musical nacida bajo el amparo del Xacobeo. Aunque en un principio se hablaba de acercar una versión gemela del FIB precisamente, al final la cosa quedó en dos días de música indie en el muelle de transatlánticos. Una oportunidad para juntar a modernos gafapastas al son de The XX, Orbital o Love of lesbian. Y buena gente también, venida principalmente de Burela y A Coruña. Dicen los números que pasaron 12.100 personas, una cifra nada despreciable para una cita que se estrenaba y que, posiblemente, nunca más se vuelva a saber de ella.

El Vigo Transforma era el contrapunto al Sonar Galicia celebrado en A Coruña el pasado mes de junio. De música indie a cultura electrónica de todo tipo. Una réplica de la cita de Barcelona con una propuesta cargada de música avanzada y arte multimedia. A saber si se podrá repetir o sólo fue una experiencia auspiciada por el Xacobeo.

Pero el gran festival del verano gallego es, fiestas de orquesta a un lado, Ortigueira. Es una de las citas de música folk más internacionales y reúne anualmente a un centenar de miles de seguidores. Una verdadera sorpresa la gran acogida que tiene.

Y hablando de citas musicales, las ciudades empiezan con sus fiestas locales. Ayer, sin ir más lejos, Norah Jones se pasó por Vigo, un interesante preludio a Mika. El viernes Santiago tiene reservada la noche para Melendi; o, mejor dicho, para los vigueses Martynez. Un concierto muy recomendable en la Plaza del Obradoiro.

En imagen, Martynez durante el último concierto que vi, en la sala Iguana. Por supuesto, mejor eléctrico.

Mi As Pontes particular

Publicado el lunes, 12 de julio de 2010

Junto a As Pontes, una localidad perdida entre A Coruña, Ferrol y Lugo, se levanta una central térmica con una chimenea tan alta que sus encadenadas nubes se entremezclan con la niebla de Londres, dicen las malas lenguas. La planta de Endesa se nutría del carbón extraído de la Mina do Tesouro, junto a la población. En sus buenos tiempos, para la eléctrica trabajaban miles de personas. Junto a la planta creció un barrio de trabajadores, una fiesta patronal propia y la veneración a la Virgen de la Luz, algo obvio.


La mina cerró a finales de 2007, cuando se dieron por acabados sus recursos. Tras 30 años de insistente perforación, quedó un paisaje lunar, devastado y tarado. Rezumaba ese insistente afán del hombre por enriquecerse sin límite y empobrecer su entorno. Un peaje de 250 metros de profundidad como cualquier otro, decían algunos. Ó 5,4 km3 ó 9 km2.

La térmica continuó su función, recibiendo carbón extranjero, pero la mina quedó sin uso. Hasta que un día comenzó a transformarse en un gran lago, el más grande de Galicia y uno de los mayores de Europa. Desviando el río río Eume y afluentes al gran agujero, dejándolos en caudal ecológico, se encontraron con una inmensa balsa. Tres años después, el llenado está casi completado, un año antes de lo previsto gracias a las lluvia. Llenó de vida e inundó los tonos grises del lignito. Y se convirtió en algo que nunca hubiera imaginado ser.

Toda esta bonita historia, además de por su interés noticioso, me viene como anillo al dedo tal día como hoy. Esta mañana he firmado con Caixanova el contrato que anuncié unos días atrás. Oficialmente aparco la comunicación durante una temporada y me reconvierto en algo llamado Gestor de Unidad de Negocio (GUN). En los próximos meses voy a dedicarme a la vida en las sucursales de la caja gallega. Sólo el tiempo dirá dónde acabo y si sigo sirviendo como periodista. Un compromiso ineludible que, sin embargo, me apetece mucho. Porque a veces las minas se pueden convertir en lagos. O algo parecido.

El lago de As Pontes en una foto que tomo prestada de aquí. Ésta o ésta también son interesantes. Seguramente el experto pontés sabrá ampliar/corregir todo lo que he dicho por aquí. O pagar esta entrada patrocinada.

Arreglando el mundo

Publicado el martes, 6 de julio de 2010

Decía Gael hace algún tiempo algo así como "entre que dejé de trabajar en el otro sitio y entré en Caixanova, tuve una semana de vacaciones. No cobraba, pero era una sensación maravillosa". Pues así estoy yo ahora. Sin obligaciones, sin preocupaciones, pensando cómo invertir mi tiempo libre hasta el domingo. El primer parón en 21 meses de intensa actividad y un momento para reflexionar sobre estos últimos siete años, en los que he trabajado todos los veranos desde que cumplí los 18 años. Un inciso merecido de una semana en el que, por ejemplo, saldar viejas cuentas.


El día languidece en la ría de Vigo, esta vez desde la península de O Morrazo. Muchos dicen que la mejor parte de Vigo está en Moaña, un sitio a la distancia suficiente para regodearse con los atractivos y desenfocar los viejos quebraderos. En cualquier caso, a las 22.30 horas y con una suave brisa, el mundo se arregla mejor.

Agora é cando, Galicia é onde

Publicado el lunes, 5 de julio de 2010

Guardaba con mucho cariño esta fotografía, porque sabía que me podría ser útil llegado este momento. Muchos habréis identificado que se trata de la imagen de campaña del Xacobeo 2010, en el que se adivina el polémico lema escogido: Agora é cando, Galicia é onde. Dio mucho que hablar porque a los de Santiago no les gustó demasiado el asunto de extender la peregrinación del apóstol a toda la comunidad, pero eso es otro asunto.


Pero digo que la imagen me podría ser útil llegados a este punto, en el que se decidía si conseguía un contrato aquí o no. La verdad que tenía bastante juego, porque servía para los dos desenlaces: Galicia é onde o Galicia non é onde. Y, como muchos habréis adivinado, sigo una temporada más por aquí. Me lo dijeron esta mañana y es un placer comunicarlo por aquí, aunque aún tengo que firmar el contrato el próximo lunes.

Por poner un "pero", dejo el departamento de comunicación, al menos durante un tiempo. Echaré de menos a todos los compañeros que tan bien me han acogido en estos últimos doce meses. Pero eso es otro cuento y lo leeremos en otro momento. Porque está claro que agora é cando e Vigo está a seguir onde.

En imagen, un gran cartel muestra la playa de las Catedrales, en Lugo. Sin duda, uno de los lugares comunes más típicos cuando se habla de Galicia.

La música como excusa evolutiva

Publicado el sábado, 3 de julio de 2010

Allá por el '93 mi padre se compró una mini-cadena musical Pioneer con reproductor de CD. Sus amigos más nostálgicos le decían que estaba tirando el dinero, porque el vinilo siempre sonaría mejor y el cassette sería más fácil de copiar y transportar. Mi padre era un avanzado a su época, mientras yo me dedicaba a grabar en un cassette las canciones de la radio. Era una verdadera prueba de esfuerzo pasarse horas y horas para grabar una canción sin la interrupción de turno de Fernandisco o Tony Aguilar. La mitad de las veces no sabías cómo se llamaba la canción, pero te gustaba y la querías.


A principios del 2000, le puso un loro maqueón con cargador de CD a su Laguna, cuando la mayor parte de los coches sólo ofrecían una ranura algo menos estrecha. Mi padre seguía siendo algo avanzado a su época, mientras yo me dedicaba a bajar canciones de Napster. Más tarde Audiogalaxy, Kazaa, Emule y Ares. Todavía recuerdo la velocidad de vértigo a la que se bajaban aquellas canciones, 5 kb/s. Cuando tenías todo descargado, copiabas a un CD.

A mediados de esta década, mi padre le puso radio CD al Ford Fiesta que de aquéllas tenía mi madre. Había cerrado el círculo del CD, expulsando para siempre al cassette de nuestras vidas. Se había afanado en comprar versiones en compacto y remasterizadas de cassettes que ya tenía, casi todos de Camilo Sesto. Incluso trapicheaba con copias de dudosa procedencia. Mi padre empezaba a no ser tan avanzado, pero al menos no se aferraba a formatos nostálgicos, mientras yo hablaba de descarga directa y Youtube. Incluso de reproductores portátiles de mp3, con suerte, de 128 Mb.

Hace nada que llegó Spotify y los discos que compro ni los desprecinto. Acepto sugerencias al momento, cotilleo en las listas y creo propias. Me dejo guiar por sus recomendaciones y me vuelvo tozudo cuando leo "¿no quiso decir...?". Estiro de la cuerda y accedo a grabaciones que ni existen en la vida real. Me burlo de su publicidad. Le dejo cinco segundos de música a Shazam y me dice el nombre de todas esas canciones que grababa de la radio y nunca supe cómo se llamaban. La subo a Facebook y alguien la reproduce. Y mi padre sigue con sus CD.

Todos nos hacemos mayores y nos aferramos a lo que conocemos. Me pregunto si siempre estaré dispuesto a adaptarme o llegará el momento en que decida que el mundo gira demasiado deprisa. Se avecinan tiempos de cambio, pero aquí estoy, dispuesto a reinventarme.

En imagen, escuches como escuches la música, la moda retro amenaza con repescar todos aquellos objetos aparatosos de los ochenta. Tendré que buscar mi walkman...

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