mayo 2009

Sol y fútbol

Publicado el viernes, 29 de mayo de 2009

¿Hay, realmente, algo mejor que disfrutar de la brisa oceánica a pie de la playa de Orzán en A Coruña, mientras lees la crónica de la tercera Liga de Campeones del Barça? Sí, seguramente sí. Como por ejemplo no tener que hacer nada más en todo el día y poder tomar el sol junto al resto de la ciudad. En cualquier caso, felicidades a los culés y a los que, de una manera u otra, sonreimos al ver a Guardiola dando una rueda de prensa.

En imagen, un servidor disfrutando de un día veraniego en A Coruña. Son pocos, pero cuando son, la gente se revoluciona. Al principio me hacía gracia, pero ahora ya empiezo a notar como me pasa a mí también...

Sorolla y recuerdos

Publicado el martes, 26 de mayo de 2009

Hoy se instala en El Prado el pintor valenciano más recurrente, Joaquín Sorolla. Y, comprenderán mis lectores, que no puedo más que hacerme eco de esta noticia. No porque le tenga especial amor a Sorolla o a su pintura, ni por su origen valenciano. No. Sino más bien porque el año pasado anduve trabajando junto a Violeta y Laura en un reportaje de clase dedicado al pintor.

La verdad, la cosa no acabó demasiado bien y nos supuso unos cuantos dolores de cabeza y ratos de desesperación en despachos. Pero, al menos a título individual, me sirvió para comprender que el mundo es injusto y está lleno de personas ineficientes, que ponen todo su esfuerzo en que sea así para siempre. Me sirvió para comprender que hay mucho hijo de puta suelto (tal vez tendría que pedir perdón por esta palabra...aunque bien mirado, no) y que, lo peor de todo, ellos solitos se juntan. Por supuesto, me enseñó a desconfiar de todo aquello que idolatras, porque acaba engañándote vilmente. Y, ante todo, me dio la oportunidad de estar aquí, pegando un pequeño estirón como persona y aprendiendo que todo aquello del karma acaba funcionando, de una u otra manera.

Así que, sinceramente, lo lamento por todas aquellas personas que se creen capacitadas para destruir al resto. Pues, seguramente, no disfrutan ni se sienten realizadas. En cambio, cada mañana cuando pongo un pie en la acera de la calle Fernando González mientras enchufo mi radio, pienso en cómo de maravillosa es la vida. Y ya puede llover o acumulárseme la faena...

En imagen, el lienzo que Sorolla dedicó en sus Visiones de España a Galicia y sus romerías. Imágenes como ésta me demuestran que, "Sorolla (dos golpecitos en el pecho), al cor".

Balance

Publicado el domingo, 24 de mayo de 2009

Con la tontería, ya van cien posts. Vaya tela. Ya han pasado más de siete meses desde que cogí las dos maletas y me fui en un vuelo directo Valencia-Santiago. Y han cambiado muchas cosas, como por ejemplo que ya no existe ese vuelo...

No puedo más que agradecer a todos los que me visitáis de vez en cuando. Desde Poniente y desde Levante. Desde más Poniente hasta más al Norte. Aunque, si soy sincero, esto de las visitas me da un poco igual. Creo que son 2.000 y pico (seguramente, 1.900 de ellas mías), pero lo que me importa son dos cosas: trasladarme un rato por el resto del mundo y poder seguir comunicando. Me sirve para plasmar impresiones y para que me las rebatáis o aclaréis. Me sirve para que pueda desahogarme y trasladar mi punto de vista extraño sobre todo lo que me pasa. Me sirve para, en el fondo, ejercer algo de periodista.

Desde que estoy por aquí, me ha dado tiempo a conocer A Coruña, Ferrol, Santiago, Vigo, Pontevedra y Vilagarcía. Me queda pendiente la parada en Lugo y Ourense. He visitado Inditex y Citröen. He navegado por la ría de Vigo y he aprendido a "pinchar algo". He tenido problemas para quedarme con el raxo o la zorza e hincharme a empanada. Pasé por alertas de multicolores y hasta empiezo a pensar que sabría aterrizar un Boeing 737-800 o un Airbus 320. He leído La Voz de Galicia, La Opinión de A Coruña, El Faro de Vigo, Xornal, Atlántico, El Progreso de Lugo y El Correo Gallego. He puesto un pie en el Atlántico y estaba más frío que nuestra pequeña piscina llena de meados. He perdido las formas compuestas (sí, ya sé que aquí hay formas compuestas, pero es pura impostura, que ya no las gasto) y hasta cogido cierta entonación gallega. He incorporado muletillas como "a mayores", "neno" o "con sentidiño". Ahora ya sé qué narices es el apalancamiento, devengar, el cash, las IFT y varios cientos de cosas más. Incluso me atrevería a decir que entiendo la situación socioeconómica actual y a pronosticar una salida de la crisis. También critico el crecimiento a base de ladrillo y corrupción en Valencia. Incluso sigo cómo va el Dépor y el Celta. Y, lo que es más significativo, no sé dónde me gustaría vivir mañana.

Me han pasado tantas cosas, que si hubiera contado la mitad, tal vez hubiera llegado al post 100 antes de Navidades. La verdad que no sé si podría elegir un sólo post de entre este centenar. Y, como no puedo, tal vez tendré que rescatarme y remontarme al primer día. Que ya ha llovido. Y algunos hasta seguís entrando. Gracias y a por cien más.

En imagen, los restos de un botellón en la playa de Vilagarcía. O, dicho de otra manera, un elixir con mis pequeños deseos y anhelos.

El quinto elemento

Publicado el viernes, 22 de mayo de 2009

Cuenta la leyenda que, allá por 2003, Zapatero comenzó a urdir una lista de personas peligrosas dentro de su propio partido. Temía que, si finalmente ganaba las elecciones generales de 2004, alguien le pudiera complicar la vida demasiado durante cuatro años. Entre ellos estaban los grandes barones del socialismo español, que habían marcado el devenir político desde la última etapa del franquismo hasta su llegada a la secretaría general. Zapatero pensaba en Felipe González, José Bono, Manuel Chaves o Ibarra. Cada uno de ellos con mucho poder, el suficiente para hacer de contrapeso desde diversos gobiernos autonómicos u órganos del partido. Pero en la lista anotó un quinto nombre, lo suficientemente desconocido como para que fuera de Galicia la gente arquera las cejas preguntándose quién es ese, pero con el poder preciso como para amargar todas las iniciativas de carácter progresista en las que pensara. Su nombre es Francisco Vázquez, el ex alcalde de A Coruña.

Precisamente es ex alcalde porque, nada más ganar las elecciones, Zapatero se encargó de camelarle para que acabara como cónsul español en El Vaticano. Y a Paco, no es por nada, pero el puesto le vino que ni pintado. Y a Zapatero, mejor. Para entender en la idiosincracia del personaje, sólo hay que mirar la bolsa en la que está metido, junto a los barones socialistas. Y es que Vázquez es uno de esos políticos incómodos, sediento de popularidad y con demasiadas luchas a sus espaldas como para claudicar ante nadie. Pese a ser socialista, no podía tragar con dos temas: todo aquello excesivamente progresista (y estamos hablando de la ley de igualdad, la ley del aborto, los matrimonios homosexuales...) y los asuntos relacionados con el gallego (pese a no sé cuántos avisos de carácter judicial, allí estaba Vázquez manteniendo exclusivamente "Ayuntamiento de La Coruña", frente a la doble denominación "Ayuntamiento de La Coruña/Concello de A Coruña").

Dicen que en A Coruña aún se le echa de menos. Bueno, no hace falta que lo diga nadie, que yo puedo dar fe. Estoy seguro, segurísimo, que suena más su nombre (ahora que se han cumplido cinco años de su marcha), que el del actual alcalde (al que más de uno de llama "el que dejó Vázquez"). Es más, sigue creando expectación cada vez que vuelve por A Coruña, ya sea con sus conferencias, ruedas de prensa o paseos casuales por la ciudad. Incluso he escuchado más de un comentario parecido a "si estuviera Paco [Vázquez, aclaro], esto no pasaría" o "yo no soy del PSOE, pero hay que reconocer que Vázquez hizo mucho por A Coruña". También, y por no faltar a la verdad, he escuchado cosas como "déjalo con los curas, que mejor nos va". Sin faltar a la verdad, se puede afirmar que fuera de la ciudad, en el resto de Galicia, no se puede decir que se le eche de menos...

En imagen, vista del Paseo Marítimo, ahora rellamado "Paseo Marítimo - Alcalde Francisco Vázquez". Imágenes como ésta me demuestran hasta dónde puede llegar la exaltación personalista...

Distinta sensibilidad

Publicado el miércoles, 20 de mayo de 2009

Somos diferentes, bueno, ¿y qué? Esto lo tengo escuchado tantas veces, en tantos contextos, que mi cabeza no para de darle vueltas. La verdad es que adoro la diversidad y me sigue fascinando cada vez que alguien me demuestra que no sé nada. Cuando, de repende, abren una a escletxa en algo que ya creía verdad infinita. Y, lejos de avergonzarme, me siento orgulloso.

Este rollo viene a cuento de una experiencia algo traumática que tuve hace unos cuantos días en Caixanova. Digamos que un ingeniero de procesos vino a darnos clase. Muy formalito, cuadrado y ensimismado en algo llamado TOC. Durante diez horas se empeñó en decir cosas como: "siempre hay que contratar menos personas de las necesarias", "nunca prever, sólo actuar cuando es realmente necesario" o "las gilipolleces esa de recursos humanos y marketing son muy bonitas, pero en el mundo real sólo sirve tener el mejor precio". Y sin quitarle del todo la razón, que no digo que no la pueda llegar a tener muy matizadamente y en cierta medida, el buen hombre se empeñó en cerrarse en banda. Y por ahí sí que no paso.

Me da pena la gente que se cree que lo sabe todo, que no aprendió a utilizar la frase "no pienso como tú, pero puedo estar de acuerdo en..." o, simplemente, admitir que las cosas no son matemáticas (y sólo él cree tener la ecuación). Lástima; porque algún día descubrirán que se acabó y sólo pueden escribir palabras con 3 letras. El resto, tenemos un abecedario repleto de sensaciones.

En imagen, algo que me llamó poderosamente la atención. Hace algunos meses me visitaron Maria y Yeray. Diluvió y granizó como nunca he vuelto a ver por aquí. Y, mientras ya corría a cobijarme en cualquier lugar del granizo, un equipo de fútbol seguía jugando. Imágenes como ésta me demuestran que el trabajo es en equipo o, directamente, no es.

Día das letras galegas

Publicado el domingo, 17 de mayo de 2009

Hoxe celébrase en Galicia o día das letras galegas. E esta é a miña pequena homenaxe: un fragmento do poema de Rosalía de Castro, Follas Novas:

Unha vez tiven un cravo
cravado no corazón,
i eu non me acordo xa si era aquel cravo
de ouro, de ferro ou de amor.
Soio sei que me fixo un mal tan fondo,
que tanto me atormentóu,
que eu día e noite sin cesar choraba
cal chorou Madalena na Pasión.
"Señor, que todo o podedes
-pedínlle unha vez a Dios-,
dáime valor para arrincar dun golpe
cravo de tal condición".
E doumo Dios, arrinquéino,
mais... ¿quen pensara?... Despois
xa non sentín máis tormentos
nin soupen qué era dolor;
soupen só que non sei qué me faltaba
en donde o cravo faltóu,
e seica..., seica tiven soidades
daquela pena... ¡Bon Dios!
Este barro mortal que envolve o esprito
¡quén o entenderá, Señor!...
En imaxe, a estatua de Rosalía de Castro en Pontevedra. Imaxes como esta recórdanme que nunca está mal ver a vida con outros ollos.

Los brotes verdes

Publicado el sábado, 16 de mayo de 2009

Esto de los brotes verdes me hace gracia. Me hace gracia porque tiempo atrás (tal vez con 12 años o algo así), planté un pino en el chalet de mis abuelos. La típica chorrada que cavas un agujero y metes dos o tres semillas de una piña que encuentras por ahí. Vamos, una de mis primeras prácticas en la vida real. Y resulta que al cabo de unos meses empieza a salir un matojo de pino, por llamarlo de alguna manera. Y tú, ilusionado, le haces un cerco de piedras, lo riegas a todas horas y te encargas de que a nadie le pase desapercibido. Vamos, que creas un pino mimado en toda regla. Debo reconocer que sólo me faltó cantarle el "cumbaya" a la luz de la luna llena de julio. Sólo. Hasta que un día llega tu hermano (digamos que hipotéticamente) y lo arranca. Ni pino, ni niño muerto.  Y tus brote verde preferido se convierte en un bonito pasto para avivar durante dos o tres segundos el fuego de una paella.

Y ahora es cuando traslado esta bonita historia -verídica, por cierto- a algo que me lleva pasando en los últimos días. Porque sí, fieles seguidores, tengo una excusa para justificar mis diez días de estado de hibernación. Digamos, por ejemplo, que he tenido dos semanas de trabajar 13 horas al día. Y cuando digo 13, son 13. Tanto es así que estuve tentado de ingresarle el alquiler del piso a los señores de Caixanova, que he vivido más allí que en mi propia casa. De hecho, mientras escribo esto, estoy en un tren a la altura de Redondela (con las bateas de la ría de Vigo, bajo el puente de Rande a la izquerda y algo que no sabría bien definir a la derecha), y vengo de una reunión con los señores de Caixanova. Por cierto, qué bonitos son los atardeceres por el poniente (parecemos capullos los ocho que vamos en este coche del tren, todos mirándolo).

El caso es que sé que no tengo excusa, pero anduve bastante liado. Pero puedo decir que ya empiezo a ver los primeros brotes verdes. Después de "trabajo, trabajo y trabajo", empiezo a ver cómo se suelta la prensa. Menos mal. Me queda mucho por hacer por aquí, mucho que aprender...pero ya veo los primeros frutos. Posiblemente venga algún gracioso y arranque los brotes. No digo que no. Pero esta vez ya he aprendido. Y, mientras él coge la segadora, yo ya he recorrido cada uno de los 1.000 kilómetros entre mis dos casas. Con dos empanadas. Y es que, ayer mismo desayuné por primera vez en A Coruña, por segunda en Santiago, almorcé en Tarragona y comí en Valencia. No tiene precio...

En imagen, una primaveral estampa del parque de Santa Margarita. Imágenes como ésta me recuerdan la fragilidad de la felicidad. Y, que en el fondo, no deja de ser más que cuestión de proponerse ser feliz. Aprovecho, también, para lanzar un jarro de agua fría sobre los datos económicos -aparentemente positivos- que estamos viendo últimamente: cuidado, porque tenemos tantas ganas de que las cosas vayan bien, que cualquier caida inferior a la del mes anterior es "un buen síntoma". Cuidado, pues...

La noche que nunca llega

Publicado el martes, 5 de mayo de 2009

Hay varias -muchas- cosas que me gustan de esta ciudad. Su civismo, la tranquilidad, lo manejable que es, el ritmo, el océano...calidad de vida. Pero, sin duda, lo mejor es acabar a las 21.15h en Caixanova, llegar a casa, cenar y, mientras recoges lo que hay en la mesa, encontrarte con cosas como ésta. Sí, que rozando las 22h, a principios de mayo, empieza a anochecer. Me froto las manos pensando en un anochecer de junio...

Se busca Cenicienta que haya perdido sus zapatos

Publicado el domingo, 3 de mayo de 2009

Encontrados zapatos de Cenicienta en mis dependencias. Talla 38, verde y con suela de felpa. Suaves y con poco uso. Aunque sin pegatina de las alarmas. Se busca urgentemente que su propietaria se ponga en contacto con el autor de este blog. Deberá acreditar cómo y por qué los perdió. De lo contrario, no le serán restituidos.

Puente en POA

Publicado el viernes, 1 de mayo de 2009

Poa podría ser una bonita localidad costera de las Rías Altas. Con su pequeño puerto fundamentalmente pesquero, su olor a ría y el alboroto del feirón. La imagino pintada en colores vivos, aunque también en gris. Veo sus calles empinadas, sus casas con tejados de pizarra y los restos de la batalla perdida a la humedad. Me gusta. Incluso es un buen sitio para pasar el puente.

Pero, desgraciadamente, POA son las siglas de Plan Operativo Anual y ésta es la última aventura en la que me ha metido el máster. Se trata, básicamente, de elaborar un análisis financiero, aplicar ratios, analizar cuadros de mando, procesos, clientes, proveedores, normas...y proponer nuevos. Y en esto que estamos en el grupo, en preparar el trabajo en un tiempo récord (12 días), una licenciada en marketing, un licenciado en ADE y un licenciado en periodismo. No está mal. No sé cómo saldrá esto, pero va a salir sí o sí. Sólo sé que estoy presenciando el nacimiento de un nuevo Madoff o algo parecido.

En imagen, mi plan de fin de semana. Imágenes como ésta me demuestran que el demonio tiene acciones en Excel, ¡seguro!

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