diciembre 2008

Las imágenes de un año (y VII)

Publicado el miércoles, 31 de diciembre de 2008

Y acabo el año con esta impactante imagen que, casualmente, llevamos arrastrando casi un año. Se trata de la guerra civil, encubierta y étnica que no cesa en Kenia desde principios de año. O desde hace algunas décadas, según lo interpretemos. Walter Astrada (AFP) nos acerca todos aquellos conflictos armados que, por alejarse de los intereses de Occidente, caen en el olvido. Feliz Año 2009.

Las imágenes de un año (VI)

Publicado el martes, 30 de diciembre de 2008

Y es que, como nos demuestra Goran Tomasevic (Reuters), en Afganistán todavía queda guerra. Una guerra que siempre es una guerra, en la que los talibanes disparan a marines (como es el caso) y en la que los marines disparan a talibanes. Y con población civil por enmedio. La batalla al terror de Bush, por desgracia, es su peor legado.

Las imágenes de un año (V)

Publicado el lunes, 29 de diciembre de 2008

Entramos en la recta final y no puedo más que recordar los Juegos Olímpicos de Pekín, el gran acontecimiento deportivo del año. Y, pese a las intempestivas horas de emisión y demás inconvenientes, tuvo su encanto. Me permitiréis que haga un doble homenaje: por un lado en la imagen de China Daily (sin firma, como manda el régimen comunista) y, por otro, en este texto de un viejo conocido, rebotado en el Faro de Vigo.

Las imágenes de un año (III)

Publicado el sábado, 27 de diciembre de 2008

Como tercera etapa de esta semana, Alex Brandon (AP) nos obsequia con una estampa que ya se ha convertido en todo un clásico del siglo XX: la campaña presidencial de Barack Obama. Y es que, posiblemente, estamos ante el presidente más mediático de la historia de EE UU y en el que la población de todo el mundo más expectativas ha depositado.

Las imágenes de un año (II)

Publicado el viernes, 26 de diciembre de 2008

Continuamos esta semana de imágenes con Kevin Coombs (Reuters) y su retrato sobre la bancarrota de Lehman Brothers. Esta escena muestra una reunión de los directivos de la firma tan sólo tres días antes de que el mundo conociera el estado de quiebra de la empresa. Aclaradora, oportuna y sensitiva.

Las imágenes de un año (I)

Publicado el jueves, 25 de diciembre de 2008

Para despedir el año, qué mejor manera de hacerlo que con unas imágenes de cómo se ha portado 2008 con nosotros. Hay muchas, muchísimas. Pero yo me quedo con siete, que iré poniendo en esta última semana del año.

La primera de ellas nos la regala Joerg Mitter (Reuters), y retrata a la perfección el drama de una ciudad como Venecia, en la que el fenómeno del acqua alta sólo nos adelanta qué puede llegar a significar un aumento del nivel del mar. Belleza, dinamismo y simpático relato de algo triste.

Uno de nosotros

Publicado el viernes, 19 de diciembre de 2008

Uno de los chistes por excelencia entre los valencianos dice que Dios se excedió a la hora de concedernos virtudes y eso nos diferencia del resto de los mortales. Esta gracia divina hace que, vayamos por donde vayamos, nos reconozcan. Y más cuando soy el único valenciano de clase y tan sólo una vecina de la finca es mediterránea. Un valenciano en A Coruña, como diría aquella película o canción.

El caso es que me he dado cuenta de que no soy un valenciano típico. Eso ya lo sabía mucho antes de salir de casa, seamos sinceros. Pero aquí se ha acabado de reforzar. Y es que, no respondo a la mayoría de los tópicos de allí. Primer ejemplo: no me paso todo el día diciendo collons o con un acento suecano característico. No; me he asimilado y quienes me han visitado dicen que tengo algo de acento (y yo me noto como mis formas verbales compuestas, a veces, desaparecen).

Segundo punto, el gastronómico. Sencilla pregunta que me han repetido varias veces: ¿dónde se come mejor? Como buen valenciano, debería decir que "el millor del món" es una buena paella, con horchata y fartons y zumo de naranja. Aquellos que habéis compartido mesa conmigo bien sabéis que la paella me gusta socarrà (para que sepa a cualquier cosa menos paella), que el zumo de naranja mejor colado y con azúcar y la horchata...bueno, la horchata sí. Por eso, si me ofrecen un buen plato de raxo, pimientos de Padrón, churrasco...no nos vamos a poner valencianistas.

Tercer punto, la identidad. "Tú no hablas valenciano, hablas catalán", me dijo un chico del máster en cuanto fue cogiendo confianza conmigo. "Ya", le dije. "¿Cómo que ya? -me preguntó sorprendido- todos los valencianos que he conocido se ponían rabiosos cuando les decía eso". Le expliqué con todos mis argumentos el estado de la cuestión y, por supuesto, entendió aquello de la unidad de la lengua, de que los valencianos compartimos habla con los catalanes, baleares, andorranos...Y es que, por desgracia y política, parece que no todo el mundo atiende a criterios científicos.

"Pues ha perdido el Valencia", me dijo un lunes un compañero. "No soy del Valencia -le respondí y proseguí- de hecho, a ver si bajan todos los equipos a Segunda División y así empiezan a sacar otros deportes en los informativos". Y es que, soy raro.

En imagen, un desayuno que une dos cosas que adoro: el dulce y un buen café con leche por la mañana. En este caso, con torta de Santiago y en mi taza de Nescafé. Esta imagen, con la tontería, casi tiene dos meses...¡cómo pasa el tiempo! Aprovecho esta anotación para saludar a los fans de Lost que, seguramente, habrán visto en mi título un pequeño homenaje a un capítulo de la serie...

En mi lección de cultura gallega, hoy os voy a regalar una frase que sólo conoce mi compañera de piso Laura: "está arrollando". Mis otros compañeros, Olalla y Eloy, y yo estamos intentando averiguar de dónde viene. No es galego, no es castellano y nadie sabe dónde se dice, más allá de su casa. En resumen, viene a describir una lluvia muy fuerte. Algo con lo que, por cierto, estoy acostumbrado.

El showman gallego por excelencia: la demostración

Publicado el miércoles, 17 de diciembre de 2008

En una de mis últimas entradas hablaba de Xosé Manuel Gayoso, uno de los presentadores de mayor éxito y más longevo de la televisión pública gallega. Y enseñaba muchos datos. Mejor poner unos cuantos vídeos...









Un comentario breve: en los dos primeros vídeos tenemos dos encontronazos telefónicos. Yo diría que no hace falta traducción, porque se entiende el dramatismo de la escena...En cuanto al tercero, una verdadera joya: Gayoso controlando perfectamente la entrada de Nunca máis (tan sólo recuerdo que en ese momento Fraga estaba al mando de la Xunta y Aznar era presidente del gobierno: ¿algún presentador de Canal 9 hubiera sido tan transigente y respetuoso? Seguramente, no). Y, el cuarto vídeo, cuando Gayoso anunció que el Fary había muerto, aunque en realidad no.

En mi lección de cultura gallega, hoy voy a completar la lección del otro día. Estamos en 2006 y hace unos meses que ha empezado a gobernar el bipartito de PSG y BNG, tras 12 años con Fraga al frente. Los nuevos cargos de TVG creen que hace falta un cambio para captar a las personas menores de 40 años y, cómo no, empiezan por el logo (una bonita G y un punto, que da mucho que hablar). Y continúan con la programación, consiguiendo que A Galega (el nuevo nombre) sea un punto de encuentro entre programas típicos de Punt 2, informativos de calidad y cierta innovación, apostando por la gente joven que sale de la facultad. Los datos demuestran que, poco a poco, A Galega consigue más telespectadores entre la gente joven. Veremos qué pasa con la llegada del segundo canal, que se retrasa desde 2007.

Coincidencias

Publicado el martes, 16 de diciembre de 2008

Hay quien dice que las coincidencias no existen, que está todo escrito en algún lado y que lo único que nos queda es interpretar esa partitura que en algún momento, tiempo ha, surgió de un capricho. Como que hoy he decidido quitarme un rato de estudio y escribir. ¿Coincidencia?

El caso es que me gusta pensar que las coincidencias existen, pese a todo. Son algo así como las cláusulas de un contrato, que pueden estar anexadas con letra pequeña al final del todo y que, las conociéramos o no, no dejan de sorprendernos. Curioso. Pero nos rompen en miles de pedazos lo que nosotros llamamos rutina, normalidad, aquello previsto. Y, lo más importante, nos dejan convalecientes y conocedores de nuestra fragilidad.

Muchas han sido las coincidencias que me han llamado la atención desde que estoy aquí. Como que mi compañero de piso Eloy sea también periodista. Y haya tenido como profesor -y admire profundamente- a Manuel Gago, un simpático profesor gallego de ciberperiodismo al que invitó Guillermo López hace unos años. Casualidad.

También es coincidencia, seguramente, que el viernes olvidara el cargador de mi portátil en Caixanova. Y decidiera ir a por él. Y encontrara una excusa para ir a ver una exposición sobre William Eugene Smith, uno de los más importantes fotoperiodistas en las décadas centrales del siglo XX. Fabuloso encontrar un pequeño trozo de la Agencia Magnum aquí. El caso es que después de haber recorrido la mitad de la exposición, con imágenes de médicos rurales en EE UU, la polución en Japón y la infinidad de problemas de África, llegué a España. Se trataba de un reportaje sobre un pueblo de Extremadura en plena posguerra. Demoledor. Y, entre tantas fotografías sin nombre, ni ubicación exacta, una cercana.

- Perdone señorita.
- Sí, dígame.
- ¿No sabrá por casualidad de dónde es esta foto?
- No se lo podría asegurar, pero un señor me dijo la semana pasada que le recordaba mucho a Valencia, porque había reconocido un puente en la foto.
- Eso es todo lo que necesitaba. Yo también creo que es Valencia.


Y para completar esta entrada, que me está quedando muy filosófica, una última coincidencia, que ya arranca de otra coincidencia. Hace algún tiempo conocí a Benjamin Biolay porque venía a actuar a Valencia. Por supuesto, supe de él leyendo las crónicas de su actuación, así que no hubo ninguna posibilidad de verlo. Pero eso no quita que me enamorara, musicalmente hablando. Empecé a extender su buena música entre la gente que me rodea. Y mis compañeros de piso fueron los últimos a los que les di la brasa. A Laura le gustó más que a Eloy y Olalla. El caso es que algunas semanas atrás apareció el anuncio del nuevo VW Golf, con una música brillante. Tras investigar y, casi, obsesionarme, la encontré: era Chiara Mastroianni (la hija del mítico director italiano Marcelo Mastroianni y de la fabulosa actriz Catherine Deneuve), versionando Eye of Tiger (que formaba parte de la BSO de Rocky). Todo este lío de nombres, que ya se acaban, para llegar a una situación: han sido la partitura de mis últimos dos meses. Y, casualmente, ambos cantantes eran pareja.

Y dejo ya estas reflexiones. A finales de semana vuelvo a Valencia, aprovechando la Navidad. El mismo día que, casualidad, Cristina y yo nos cruzaremos en algún punto cerca de Madrid: una hacia el noroeste del que yo vengo y otro yendo al este del que ella se aleja. ¿O era al revés?



El lado humano de la Navidad

Publicado el lunes, 15 de diciembre de 2008

Resulta que en Navidad, la vida no se para. No se acaban las injusticias, ni las protestas. Afortunadamente, todo sigue. Al menos eso deben pensar estos ex trabajadores de Atento, que se protestan rigurosamente todas las tardes, a unos metros de mi casa. Pero tiene su cierto encanto una protesta, bajo luces de Navidad y con decenas de personas cargadas de bolsas y mirando.

En imagen, la protesta y la Navidad, ambos en Juan Flórez, vistos desde el comedor de mi piso en A Coruña. Imágenes como ésta demuestran que estamos en la Navidad de la crisis.

En mi lección de cultura gallega, hoy vuelvo a hablar de los postres navideños netamente gallegos. Según mi compañero de piso Eloy, tampoco hay. ¿Será que no hay?

Navidad, dulce Navidad

Publicado el domingo, 14 de diciembre de 2008

Cómo se nota que ya estamos en Navidad. Pero ahora, de verdad. El caso es que estas semanas de diciembre le dan a A Coruña un cierto encanto burgués que obliga a celebrar la Navidad por todo lo alto. Y en una ciudad en la que llueve al menos la mitad de los días, no tiene cabida casi ningún espectáculo callejero. O sí. El caso es que estas luces, que desde hace una semana contribuyen a aligerar nuestra factura de la luz (ya que nos iluminan el comedor), dan algo de vidilla a mi última semana por aquí. Y vais a permitirme, por cierto, inaugurar una serie de posts que hablen sobre la Navidad aquí. Así que, Bo Nadal e Próspero Aninovo!

En imagen, la calle Juan Flórez vista desde el comedor de mi piso en A Coruña. Iluminación sencilla -que para algo estamos en crisis-, pero que tiene su gracia vista desde las alturas.

En mi lección de cultura gallega, hablemos de dulces navideños. Según mi compañera de piso Olalla, "no hay nada". Así que damos por cerrado este episodio, a falta de una investigación más precisa.

El showman gallego por excelencia: la figura

Publicado el sábado, 13 de diciembre de 2008

Allá por el año 1984, cuando la Televisión de Galicia (TVG) se preparaba para comenzar sus emisiones, un abogado de 39 años, Xosé Ramón Gayoso, se presentó en los servicios centrales de la emisora, para optar a una plaza de asesor jurídico. "No quedan -le dijeron- pero buscamos presentadores". Hizo una prueba de cámara y se quedó. De hecho, estuvo entre los locutores que se dirigieron por primera vez a los telespectadores. Hasta 1992 anduvo de un programa a otro y, a partir de entonces, empezó un proyecto llamado Luar. Y ahí lleva 16 años, consiguiendo que uno de cada cuatro gallegos que encienden la tele los viernes por la noche sintonicen A Galega.

Luar es un programa de viernes noche que emite en directo desde una discoteca de un pequeño pueblo cerca de Santiago, con una duración de cuatro horas. Hay tiempo para actuaciones, humor y lo que en Valencia se llamaría varietets. Un modelo que parece agotado en muchos sitios, pero que aquí sigue y sigue y sigue... ¿Y dónde está el truco? Por mucho que lo intento, no lo sé. Vale que en Galicia el peso de la zona rural es grande, que es un programa confeccionado para el pueblo y que no requiere nada más que encender y escuchar. Pero aún así, ¿cuál es el secreto para no caer en la caspa, tan habitual de cosas parecidas de José Luis Moreno? Seguramente Gayoso. Es una de esas personas cercanas, que domina el directo y que conecta con su público. Les da lo que quieren. Y si estuviera en Valencia, entendería que debería ser diferente. Y yo le envidio.

Os dejo con una especie de entrevista que publicaron hace unos días en La Voz. Sin desperdicio.

En imagen, Xosé Ramón Gayoso, en una imagen cedida por La Voz de Galicia. Bueno, cedida, tomada prestada, robada...

En mi lección de cultura gallega, hoy vamos a hablar de Telegaita o A Galega. Hasta la llegada del bipartito al poder (en época de Fraga), la televisión autonómica se limitaba a emitir programación folklórica, así como espacios de promoción turística, todo ello salpicado de un poco de producción propia de ficción, informativos y películas americanas (dobladas al gallego, por cierto). Hasta entonces se llamaba TVG (y en los ámbitos más críticos, Telegaita). Era una mezcla de Valencia TeVe y Canal 9. Pero en 2004 todo cambió...otro día, explico por qué.

El embrión Ortega

Publicado el jueves, 11 de diciembre de 2008

Me acuerdo que, con 13 ó 14 años pasaba por la puerta de Zara en el Pryca de Gran Turia, justo cuando iba al cine o a jugar al billar. Me parecía un lugar de viejos, con ropa que nunca me pondría y extremadamente cara, al menos en comparación con los chandals que por aquella época se estilaban y -creía- nunca pasarían de moda. Por supuesto, mucho ha llovido desde entonces. Yo dejé los pantalones de chandal a los 16 años, Pryca dejó de existir y pasó a llamarse Carrefour, dejé -cómo no- de ir al cine y también perdí mi depurada técnica jugando al billar (que tanto daño ha causado a la moqueda de las mesas). Pero Zara ahí siguió.

Y de repende, un día y con unos cuantos años más, me sorprendí comprando en Zara. Y en Pull & Bear. Y giré el ticket. Y había comprado en algo llamado Inditex, que me sonaba extremadamente moderno y yanqui. Pero tirando del hilo descubrí que estaba comprando al grupo Industrias de Diseño Téxtil, que ya no es tan fashion y que, además, es gallego. ¡Toma ya! Y no para ahí la cosa, sino que también es propietario de Bershka (léase "el Bresca", si se tiene más de 40 años), Massimo Dutti, Stradivarius (léase "estrafalarius" si te llamás Lidón, vives en Castellón y estudias Ingeniera Industrial en la UJI), Oysho (éste se puede leer al revés...), Zara Home (mejor no leer en valenciano o gallego, que corres el peligro de quedar como un pueblerino) o Uterqüe.

El caso es que bajo de casa tengo un Zara. Que casualmente está en la avenida pija de A Coruña. Y con unas cosas, como mínimo, diferentes al resto de la cadena: las dependientas son mujeres con más de 45 años, la decoración es recia y, ¡oh sorpresa!, cierra a mediodía. Sí, siempre. Por supuesto, investigué. Y descubrí que Amancio Ortega empezó su imperio de más de 4.200 tiendas en 72 países justo aquí, allá por 1975. Realmente empezó 12 años antes cosiendo batas junto a su ex mujer y unas cuantas trabajadoras a todas horas. Ahora, la fortuna de este hombre se cree superior a 20.200 millones de dólares, es la mayor de España, la 11ª de Europa y la 22ª del mundo. Guau. A veces me gusta pensar que algo mágico tiene esa tienda, porque sentó las bases del primer grupo mundial de confección y ropa. Incluso que Amancio se pasea por aquí...Se comenta por el máster que, después de Reyes, iremos a Arteixo a conocer in situ la empresa. Tengo ganas.

En imagen, el primer Zara del mundo, visto desde el comedor de mi piso en A Coruña. Justo el mismo día que Inditex, pese a la crisis, gana un 11% más que año pasado. Ahí queda eso.

En mi lección de cultura gallega, hoy os voy a presentar una de las palabras que más gracia me han hecho desde que estoy aquí: "orballo". No tiene traducción, pero se podría definir como esa lluvia que parece que no cae, ni moja...pero no para. Y que me acompaña desde hace casi dos meses. Orbayo que caía ayer, cuando a las 6.45 h me despedí de Cristina (pero sólo por 17 días).

¿Inteligencia?

Publicado el jueves, 4 de diciembre de 2008

El otro día iba al nuevo centro comercial de A Coruña (Dolce Vita, se llama) a pata, y me encontré con esta curiosa imagen: una farola oxidada. Y no pude más que tomar una foto. Me hizo gracia que en A Coruña hubiera una farola oxidada. Y no porque no llueva, sino por todo lo contrario. Es natural que las cosas se oxiden aquí, pero no una farola. Se puede oxidar una reja o una barandilla, porque el propietario es algo tacaño y ha decidido ahorrar costes. Pero...¿una farola? Sería tan absurdo como si los postes de las paradas del autobús se derritieran con el calor en Valencia o el paseo de la playa de la Pobla de Farnals no fuera impermeable.

Seguramente sabrá mucho más de todo esto Cristina, que para eso es experta en galvanizados y no sé qué más teorías sobre impermeabilización que un día, atentamente y en la estación de Sant Isidre, me contó. Afortunadamente, mañana mismo me podrás volver a contar todo lo que quieras sobre galvanizados, en persona. Volviendo al tema, con imágenes como ésta me alegro de no tener anillos, collares, esclavas...

En imagen, una zona industrial adosada a A Coruña, condenada a desaparecer como el polígono de Vara de Quart de Valencia. Imágenes como ésta van dedicadas a Toni, porque al fondo se puede apreciar la fábrica de cervezas Estrella Galicia. Por supuesto, desde el cariño y sin llamarlo borracho.

En mi lección de cultura gallega, hoy voy a ahondar en las preguntas sin respuesta, como ya hice en su momento. Me he pasado casi dos años entrando en casa de Cristina cada 15 días y cometiendo un error de principiante. Rigurosamente, cada vez que llegaba, Juan (su padre), me preguntaba "qué, neno". Y yo respondía, por ejemplo, "pues algo cansado, porque el tren se ha parado en Moncofa y esta semana he tenido dos exámenes...". Error, el no quería que le contara mi vida. Más bien acabáis de presenciar un claro ejemplo de la pregunta total: "¿qué?". Esta interrogación, adosada a cualquier nombre, es todo (y tal vez nada). Porque significa "hola", pero también "cuéntame todo". Así que ya sabéis, si algún día tenéis previsto entrevistar, qué se yo, a Touriño, un consejo: "Touriño, ¿qué?".

Chove, chove e chove (noviembre 2008)

Publicado el miércoles, 3 de diciembre de 2008

Menudo mes de lluvia. Y frío. Y granizo. Y es que ya estamos casi en invierno y la meteorología es implacable. Y si a eso le unimos un otoño especialmente lluvioso en Galicia (¿o va unido?), nos da como resultado una recomendación: "paraguas sí, o sí". En estos datos, además, he sido algo generoso con el buen tiempo, porque ha llegado a llover algún día más.


Y lo mejor (porque hay que ser positivo), es que llevamos una semana seguida lloviendo. Suma y sigue...

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails