El otro día, de camino a clase, escuchaba una interesante tertulia en RNE. En ella estaba el candidato a la Xunta por el BNG, Anxo Quintana. [Hago un breve inciso antes de continuar: Anxo se lee con una x normal, casi tirando a la s y muy lejos de la ch. Lo digo para todos aquellos lectores valencianos que apitxem hasta diciendo Joan]. El caso es que Quintana bromeaba por la adecuación del cartel del candidato Alberto Núñez Feijóo. La verdad es que el hombre no sale muy favorecido, como diría una compañera de piso (que guardaré su nombre en secreto), pero no es por eso. Como decía el político nacionalista, "no es muy adecuado que se lea Feij009, justo cuando hay sobre la mesa una presunta trama de espionaje en el PP". Y bien mirado, el ideólogo de la fórmula seguramente se sentía orgulloso de mostrar a Feijóo como un agente secreto, un todopoderoso investigador o vete tú a saber qué más. Pero llegó lo de los espías y, bien, la fórmula se vino abajo. Así es la política, amigo Feij 009.

En imagen, un cartel de Feijóo9 en la Avenida de la Marina de A Coruña. Imágenes como esta me demuestran que las buenas ideas son buenas...hasta que dejan de serlo.