El Oscar de la justicia

Publicado el lunes, 2 de febrero de 2009

Si mi vida fuese una película, querría que Thomas Newman escribiera la banda sonora. Sin duda dejaría que urdiera sus composiciones y me deleitara con sus acordes. Posiblemente es el mejor compositor en activo para películas contemporáneas (con la dificultad que ello conlleva).

Para aquellos que no conozcan al bueno de Newman, sabrán de él gracias a BSO de películas como American Beauty [Youtube], El hombre que susurraba a los caballos [Youtube], La milla verde [Youtube], Erin Brockovich [Youtube], A dos metros bajo tierra [Youtube], Camino a la perdición [Youtube], Buscando a Nemo [Youtube], WALL·E [Youtube] o Revolutionary Road [Youtube], entre otras.

Esta lista interminable lista de películas se corresponde con nueve candidaturas al Oscar a la mejor banda sonora y una a la mejor canción, en los últimos 14 años. En 1994 le dejó sin Oscar por partida doble El Rey León; en 1995, Pocahontas; en 1999, El Violín Rojo; en 2002, Frida; en 2003, El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey; en 2004, Descubriendo nunca jamás y en 2006, Babel.

Y este año acude con WALL-E y se enfrenta a El curioso caso de Benjamin Button, Defiance, Mi nombre es Harvey Milk y Slumdog millionaire. Y aunque posiblemente no es su mejor trabajo, alguien debe subsanar este agravio ya. En su momento me enfadé soberanamente cuando la academia le dejó sin galardón por American Beauty. Así que, señores de la Academia, espero que hayan recapacitado su voto y me den una alegría dentro de tres semanas.

En imagen, Thomas Newman en una de esas típicas fotos que todos encontramos gracias a Google Images. Imágenes como esta, y dada su juventud, tal vez debería cotillear más y conocer físicamente a las personas que admiro profesionalmente.

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