Parecidos razonables (I)

Publicado el jueves, 3 de septiembre de 2009

Hoy es un mal día para Galicia. Sí, así de claro. El aeropuerto internacional Francisco Sá Carneiro, el de Oporto, se acaba de convertir en la 33ª base de Ryanair en Europa. A tan sólo 150 kilómetros de Vigo y a poco más de dos horas y media de Santiago, plantan una base de la compañía low cost por excelencia. Algo que debería ser motivo de alegría se convierte, paradojalmente, en una muy mala noticia: desde hoy el referente de vuelo barato en el cuadrante noroeste peninsular va a ser Oporto y no un aeropuerto gallego. Y si el aeropuerto luso ya transportaba a tantos viajeros como la suma de A Coruña, Santiago y Vigo, os podéis imaginar qué va a pasar a partir de ahora.


El modelo low cost es muy sencillo: tú pagas, yo pongo vuelos baratos. Llámalo extorsión o como quieras, pero así es. La gracia de que la gente pueda volar por 50€ ida y vuelta es que les cobres por todo lo que se pueda llamar "comodidad" y consigas sacar unos euros de las autoridades locales. En Catalunya lo tienen muy claro y, por eso, Reus y Girona son referentes del vuelo a precios de risa. En Oporto, también han leído la jugada a kilómetros: 16 dólares por viajero se embolsa Ryanair.

El bipartito (PSdG y BNG) también lo captó, sólo que nunca se lo creyó del todo. Ponía sobre la mesa una cantidad razonable para que Santiago se convirtiera en la capital del low cost de Galicia. Y la historia funcionó bien: llegó Ryanair, también Vueling y la absorvida Clickair. Nunca con base, pero sí con vuelos justo en el aeropuerto central y más accesible para todos. Pero la Xunta de Galicia de ahora ha seguido los pasos de la Generalitat Valencia de hace un año: cortar las ayudas. Eso, recuerdo, motivó que Ryanair se llevara su base de Valencia, que la Generalitat jurara en hebreo que otras compañías llegarían para suplir las rutas, que hubiera ofertas para volver (y no contraofertas) y, finalmente, que el aeropuerto de Valencia sea el que más ha caído en tráfico de pasajeros en este último año. ¿Motivos? Obvios: nunca nadie suplió a Ryanair y, si lo hizo de manera anecdótica, nunca a sus precios.

Pues a Santiago le pasa lo mismo. A las puertas del año Xacobeo, con Ryanair como nuevo líder del aeropuerto y con un crecimiento impropio en otros aeródromos, va y le mete tijeretazo a las ayudas. La Xunta destina en 2009 un total de 1,8 millones a las low cost de Santiago. Un pequeño esfuerzo hubiera sido sinónimo de base de Ryanair (ya me veía de nuevo en la ruta Santiago-Valencia, en una hora y media y por 40€...). Pero no, no se les ocurre nada mejor que dedicar en 2010 cuatro veces menos, esto es, 450.000€. Genial. Entiendo todo aquello de la crisis pero, ¿soy el único que cree que cada euro invertido en Ryanair acaba volviendo?

El caso es que, con estas cantidades, Ryanair ya afila la navaja: de momento, a partir de octubre se acaba la conexión diaria con Reus. Y, si en algún momento deja de interesar Alicante, Madrid, Frankfurt-Hahn, Roma o Londres, pues pasará lo mismo. Y volveremos a la tiranía de Iberia (y Air Nostrum), así como Spanair, Air Europa y demás... Algo así como 130€ comprando los billetes con cuatro meses de antelación y porque las estrellas se han alineado bien. Eso, o fugarnos al aeropuerto de Oporto (con un transporte público lastimoso). Al fin y al cabo, la historia siempre se repite y yo tengo la sensación de que esto ya lo he vivido. Hace demasiado poco, tal vez...

En imagen, un Boeing 737-800 de Ryanair se dispone a aterrizar en el aeropuerto de Lavacolla, en Santiago de Compostela, tomada prestada de esta página web. Imágenes tan románticas como ésta me hacen reflexionar sobre idas y venidas...

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