Gente de poniente

Publicado el sábado, 5 de septiembre de 2009

Parece una soberana tontería, pero no lo es: aquí los atardeceres son más intensos. El hecho de que el sol se ponga por el oeste y no tengas nada más que mar frente a tus ojos a esas horas influye. Y si a eso le sumamos que, bondades de la "hora menos" (algún día lo explicaré), anochece más tarde que en Valencia y Madrid; pues ya ni te cuento.


Cosas tan minúsculas como ésta, permiten que a las 21 horas largas todavía sea de día (eso sí, cada día es más de noche cuando salgo de casa a las 7.40 horas hacia el trabajo). Y esto afecta al biorritmo de los gallegos. Dejando estampas simpáticas, como que no tienen complejos en ir a la playa cuando yo, realmente, estoy de retirada (sí, la hora de moda para acercarse a la arena en Vigo son las 17 ó 18 horas). O que sea muy cool ver un atardecer en Samil, al estilo San Antonio en Ibiza (todo muy chillout, ciertamente). O que una vuelta de las Cíes adquiera este tono tan especial...

En imagen, un atardecer en la ría de Vigo, con las Islas Cíes al fondo. Imágenes como ésta hacen que me enamore de la ciudad. Dos cuestas después, se me pasa la tontería.

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