De adaptaciones y otras mudanzas de hábitos

Publicado el jueves, 2 de julio de 2009

Vigo, segundo día que comienzo por aquí y ya empiezo a asentarme. Está resultando bastante más sencillo de lo que pensaba y, si todo va bien, el fin de semana recuperaré la normalidad que no he tenido en el último mes. Bueno, "normalidad" (que dista mucho de aquella "normalidad" que empezaba justo hace ahora un año, en Levante-EMV). Me he dado un plazo bastante largo porque todavía estoy deshaciendo bártulos y tratando de comprar todo lo que necesito (y siempre echas a faltar algo). Y luego llegará el proceso de habituarse a la nueva etapa en Caixanova, a los supermercados, a los servicios...

Pero de momento, una píldora de algo que ya empiezo a ver normal. En A Coruña me dijeron que Vigo era una ciudad con muchas cuestas. "Mal hecha", aún escuché el otro día. Y la verdad que no mentían. Es impresionante la cantidad de cuestas que hay en todas las calles, el desnivel desde el pie de la misma ría, que sube y baja sin sentido. Y si sumamos el calor...

En imagen, algo que pude captar ayer mientras hacía unos cuantos recados. Hasta llegar a Galicia nunca había visto una calle con tantos escalones. Desde el lunes, todos los días a emular al bueno de Rocky para bajar a Caixanova.

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