Zaplama

Publicado el martes, 27 de enero de 2009

Estaba yo estudiando contabilidad, entre asiento y asiento, cuando empecé a divagar. O divaguear, que define mejor la situación. El caso es que mi balance de pérdidas y ganancias mental estaba en crisis y no había forma de solucionarlo ni con un plan Zapatero. El caso es que me di cuenta que los valenciamos somos seres avanzados, sí señor. Por fin un motivo para sentirme orgulloso, después de tantos palos.

Me explico. Me hace mucha gracia cuando un estadounidense dice que vive en un país avanzado. Tan avanzado y respetuoso y blablabla (american way of life dixit), que tienen hasta un presidente negro (o afroamericano, como prefieren llamarlo los diarios pulcros). Y no puedo evitar que me entre la risa. Sí, porque se creen superiores por haber aupado al poder a un candidato de una llamada comunidad minoritaria.

Pues perdonen, señores americanos, pero los valencianos ya tuvimos un President negro. Vale, negro de Solmanía, pero negro al fin y al cabo. Lo votamos democráticamente y aupamos, con él, un sueño que ahora no recuerdo [entiéndase la ironía]. Y ahí, bien orgullosos los valencianos. ¿Que sus técnicas políticas eran dudosas? Seguramente. ¿Que nunca dijo una sola palabra en valenciano? Y tanto. ¿Que dejó tras de sí muchas preguntas sin responder? Ya te digo. Pero tuvimos el President con mejor percha y color de piel que se recuerda a orillas del Mediterráneo. Y eso tiene un precio.

El caso es que, volviendo al tema, Estados Unidos no tiene nada que hacer. Nosotros ya pasamos por ahí hace tiempo, en 1995. Reconozco que algunos de vosotros os sentiréis estafados con esta entrada. Pero sólo sólo tenéis que coger la foto de la entrada y comparar el color de las dos caras. Según mi Pantone, hay un par de grados de diferencia. Y, la verdad, no por ello vamos a dejar de decir que Obama es el primer presidente negro de los EE UU, ¿verdad?

En imagen, un Obama y un Zaplana. Cosas como esta demuestran que Honolulú y Cartagena son dos paraísos perdidos. O imperdibles, no sé bien.

Hoy recupero mi lección de cultura gallega, por aclamación popular. El caso es que voy a hablar de los caramelos Cuba Libre, que por lo visto son ultrafamosos en Galicia. Hasta el punto de que el otro día me dijeron que "no tenía infancia" y cosas peores por no haberlos visto nunca. Al contrario de lo que puede parecer, no saben a ron con cola, sino a cola (sin ron). Tiene su gracia descubrir a estas alturas de la vida los placeres de un dulce.

1 comentario

Comentarios

Chicapotingues dijo...

Lo dicho, me encanta tu blog. Respecto a los Cuba Libre. Yo tampoco los recordaba y soy de aquí de toda la vida... jajajaa

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