Baqueira-Barajas (o cómo odiar todavía más el sistema radial)

Publicado el martes, 13 de enero de 2009

Cuando tenga nietos les podré contar aquello de "yo estuve en Barajas un día después de que se cerrara por aquel temporal en 2009". O seguramente no, porque al paso que vamos de huelgas encubiertas, cubiertas y al aire libre, lo de los retrasos en la T1-2-3-4 va a ser algo más que normal. Pero el caso es que yo estuve en la primera del año.

Llegué a Barajas (T1) con dos horas de retraso, gracias al temporal y a que un simpático piloto consiguió robar media hora al trayecto. Era sábado y vi alguna especie de tienda de campaña, unas colas decamétricas en la mayoría de los mostradores de las compañías y unos cuantos cientos de vuelos con apostillas tan reconfortantes como "cancelado" o "retrasado". Toma ya. Yo mismo estuve a punto de cancelarme la primera parte del viaje, por miedo a que Ryanair lo hiciera más tarde por mí, sin darme margen a nada. Pero no pasó. Suerte.

Un vuelo y una estereotipada pareja de argentinos me enseñó toda una retahíla de insultos de la planura, en este caso dedicados a los "pelotudos mozos". El caso es que recorrí durante 10 minutos las entrañas de la T1, la T2 y vislumbré la T3. Bajé al metro con 30 segundos de margen y anochecí en la Gran Vía, frente a la tienda de Telefónica y su Iphone. Dos calles y Maria, Yeray y su simpática bola de pelos me estaban esperando. Por aquel entonces, Cristina, mis padres y algunos privilegiados más ya sabían que estaba sano y salvo. A mitad camino, sí, pero sano y salvo.

Tras un pequeño recorrido por la ciudad, una cena y un Sprite, acabé la noche en el piso de los tres. Con Mixi oliéndome. Y, aún cansado, aparecí en Barajas, 14 horas después. Y mira por dónde, vi en las pantallas cómo se cancelaban nosecuantos vuelos de Iberia y los de Ryanair salían en hora. Mis 0,96€ mejor invertidos (frente a los 200€ que seguramente habían pagado los incautos confiados de la aerolínea nacional). Al final de todo, el domingo fue el día de la llegada a Santiago, a A Coruña y a casa. Mi casa, otra vez, durante los próximos tres meses. Y, otra vez, casi todo lo que conozco y quiero a 1.000 km. ¡Toma ya!

En imagen, Yeray y yo jugándonos una amputación de mano por las calles de Madrid. Acto seguido Maria estuvo cerca de padecer nuestro "sentido del humor". En cuanto a la otra imagen, Baqueira-Barajas el domingo por la mañana...Sin saberlo, homenajeo a Toni por haber dado nombre a esta entrada con un comentario.

2 comentarios

Comentarios

oysterboy dijo...

Señor Guillot!

Yo podré decir aquello de..."pude salir del país un día antes de la nevada que cubrió Barajas". Y que lejos queda ahora la nieve cuando los termómetros no bajan de 30 grados...

Le leo desde el otro lado del Atlántico

un abrazo!

Anónimo dijo...

Vaig a demanar copyright!!! xD

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