junio 2009

Actualizando (II)

Publicado el jueves, 25 de junio de 2009

En esta árdua tarea de ponerme al día, es el momento del segundo capítulo: de cómo llegué a Valencia y me fui otra vez sin decir ni "mu" en este blog. Bueno, y sin que se enterara la mayoría de la gente y teniendo la sensación de que me faltan horas, de que no he dedicado el tiempo suficiente a nadie y de que, ni siquiera, he cogido moreno.

El caso es que después de la simulación empresarial, llegué a A Coruña a eso de las 23 horas. Tiempo justo para deshacer una maleta y preparar otra, para compartir un par de confesiones con Laura y Eloy y, en el límite, saludar a Olalla antes de irme a dormir. Cuatro horas de sueño y diez de viaje. Con mi habitual compilación de taxi, tren, bus, avión, bus, tren, tren y coche. No sin suspense y shock térmico, así como lingüístico (sigue haciéndome gracia aquello de escuchar los mensajes de Renfe en gallego y catalán, esta última con su vertiente occidental y oriental).

El caso es que he metido un pie en el Mediterráneo, pero nada más. He tomado horchata, aunque no de Daniel y he visto el Gran Prix en Canal 9. Incluso me he puesto al día de los resultados de las europeas en casa. Me ha dado tiempo a maravillarme con el nuevo diseño de Levante-EMV ("mi periódico", como nos gusta llamarlo a Herminio y a mí) y a prestar atención a los reportajes de Galicia que dan en España Directo. Incluso he hecho unas cuantas chapuzas en casa y fuera de ella, he instalado dos televisores y he configurado dos móviles.

Y sé que me dejo a mucha gente sin saludar, ni siquiera avisar. Mi madre me debe una leche merengada en la Xixonenca y yo le debo a Cristina una tarde que se perdió donde habita el olvido. Pero cinco días y medio dan para lo que dan, que es más bien poco. Me quedan pendientes muchos sitios, unas cuantas paradas y cientos de momentos que, de una manera u otra, acabé comprometiendo. Pero ahora ya es tarde. Pues, si todo va como tiene que ir, este mensaje se publicará mientras esté a mitad camino de A Coruña, en algún punto de la A-3 o la A-6. Y veremos si, antes de marchar a Vigo, me da tiempo a solucionar todo lo que tengo pendiente en A Coruña...

En imagen, una instantánea tomada la otra noche en la playa de Benicàssim, dando la bienvenida a San Juan. ¡Toma definición!

Actualizando (I)

Publicado el miércoles, 24 de junio de 2009

Últimamente tengo el blog algo abandonado. Bueno, bastante. No es por dejadez, ni falta de ganas, sino por una mezcla de faena "hasta más no poder" y por carecer de conexión inalámbrica. Algo que, por cierto, me da la impresión de que se va a repetir durante unas cuantas semanas. Pero no adelantemos acontecimientos. A ver si consigo, en tres posts, ponerme al día con estos diez días de desconexión.

Veamos, la excusa perfecta para justificar mi abstemia blogueril comenzó con algo llamado simulación empresarial. En los másters normales la última semana es la de la fraternidad, el recuerdo, la recopilación...y los cafecitos sin fin. Aquí preferimos hacer las cosas de otra manera: cuatro jornadas de 13 horas en las que simular que estamos completamente al mando de una empresa que compite con otras. ¡Toma ya! Ruego a mis lectores vigueses (que, oh sorpresa, existen), tengan a bien puntualizar lo que deseen.

El caso es que más allá del juego (en el que por cierto la empresa de la que yo era director de márketing quedó segunda), fue una experiencia bastante interesante. Tanto como ver a un periodista tomando decisiones sobre -claro- márketing y ventas, pero también sobre financiación, conflictos sindicales, recursos humanos, aprovisionamientos, contratos entre empresas... El caso es que me sirvió sobre todo para dos cosas: para aprender a negociar y para aprender a imponerme. Así de duro. Lo primero, claro está, apretando a proveedores y clientes tanto que a un par de grupos nos vendieron por bajo de su coste (por cierto, en la vida real esto me ha servido para sacarme un móvil nuevo...). Y lo segundo, ains lo segundo. Trato de ser respetuoso y considerado con la opinión de todos, pero a veces se acaba bloqueando el interés general o primando algo que puede no ser bueno. Llamadme autócrata, pero todo tiene su tiempo...

En imagen, el cartel que me encontré nada más llegar a la Escuela de Negocios de Vigo, donde tuvo lugar la simulación. El cartel cumplió.

El poso de A Coruña

Publicado el lunes, 15 de junio de 2009

Más vale tarde que nunca, dicen. Y así es como yo vengo a hablar de A Coruña y su particular forma a estas alturas, a dos semanas de que me vaya. Pero así son las cosas, que uno acepta unos compromisos y acaba por cumplirlos en el límite.


Me remonto a dos años atrás, cuando vine con Juan, el padre de mi novia, a A Coruña por primera vez. Él me hablaba de una península y de no sé qué más, pero no entendí demasiado bien a qué se refería. Los que venimos de costas bajas y mares tranquilos sólo aprendimos en la escuela aquello de los golfos y los cabos y, sinceramente, no es que mi atlas geográfico ilustrado diera para mucho. En absoluto.

Buscando piso en la ciudad, los señores de Google Maps me enseñaron la forma de A Coruña, desde el aire. Por aquel entonces me acabé de enterar de aquello de la península y que si se estrecha y se ensancha. Y ahora, a puntito de irme, es cuando me digno a explicarlo.

Veamos, justo en el centro de la imagen se ve un trozo de tierra más estrecho (lo que técnicamente, y según aprendí en Cono, llamaríamos istmo). Justo ahí es donde un lado y otro del océano están separados por unos 500 metros (y, bien alineados, lo vemos por uno y otro lado). Se puede ver que al norte es zona de playa y al sur, puerto. A la derecha de este istmo, queda la península, que es donde nace la ciudad antigua. Como os podéis imaginar, es una de las partes con más encanto de A Coruña, en la que se mezclan espacios restaurados ciertamente bellos y casas que se caen por momentos. A la derecha del todo, la Torre de Hércules y un pequeño barrio que me llama la atención por su ubicación, Adormideras.

Pero la ciudad de verdad crece a la izquierda del istmo, en el continente. Aquí están las zonas comerciales, la expansión del último medio siglo y la mayor parte de los servicios. Y, el piso que ha sido mi casa durante ocho meses.

En imagen, una bonita fotografia aérea de autor desconocido, pero que me ha recordado mi pequeña promesa. Imágenes como ésta me demuestran que las ciudades en las que vives acaban dejándote un poso, haciéndote suyo, robándote un poco más de certeza a la hora de decir alegremente "soy de...".

Zapatero te queremos

Publicado el sábado, 13 de junio de 2009

Hace algunos meses saltó a la prensa todo aquello del Plan Zapatero para reactivar la economía. Algo ciertamente innovador: para salir de la actual crisis financiera que en España se ha visto enfatizada por la burbuja inmobiliaria, nada mejor que más ladrillo y construcción. Brillante decisión estratégica. El caso es que, a favor o no, el Plan Zapatero ya pulula por toda A Coruña con sus carteles. Más de diez he podido contar en la zona centro, aunque parece ser que llegarán a 85 en toda la ciudad, con una inversión total de 43,2 millones de euros. Y eso, a 1.500 € por cartel (1.250 € de fabricación y 250 de montaje) son 127.500 €, que se dice pronto. Pues eso, parece que en A Coruña dan ganas de decir "Zapatero te queremos". Aunque no quiero pensar cómo estará el empresario encargado de fabricar las vallas publicitarias...


En imagen, una chapucera compilación de carteles. Imágenes como ésta me demuestran que la política, sobre todo, es publicidad.

La vida en la calle Real

Publicado el jueves, 11 de junio de 2009

Los coruñeses y visitantes que han tenido la oportunidad de dejarse caer por la ciudad en alguna ocasión, coincidirán conmigo en que la calle Real es el alma de la ciudad. A todas horas, en cualquier día del año hay trasiego. A veces, como cuando voy a Caixanova por la mañana, somos muy poquitos los que pasamos entre tiendas cerradas y fiesteros trasnochados. Otras, a mitad mañana, se nota como los autónomos y universitarios desocupados se dejan caer. Los ejecutivos aparecen antes de comer, buscando donde pinchar algo o, simplemente, escapando de la rutina a base de gangas. Para la hora de comer ya están los africanos con sus CDs y DVDs piratas; a veces bolsos, también.


Y luego los que piden, con más o menos gracia. O los punkis y sus perros; los músicos y sus gaitas. Y los que no tienen nada que hacer. Incluso los que tienen mucho que hacer...en la calle Real. Los que salimos a por una bolsa de chucherías o de croissants de Mr. Croissant. Los guiris del penúltimo barco de crucero. Y el bullicio, el resto de la ciudad. Que crece por momentos...hasta que se cierran las tiendas, y sigue creciendo. Y buscan dónden pinchar o cenar o salir o acabar la noche. Hasta que, nuevamente, somos muy poquitos los que empezamos el día entre tiendas cerradas y fiesteros trasnochados.

En imagen, la calle Real en una de esas tardes de primavera tardía. Imágenes como ésta hacen que me pregunte...¿y por qué no me voy a la calle Real ahora mismo?

Patrimonio de la Humanidad

Publicado el martes, 9 de junio de 2009

En este mes empezará a hablarse, y puede ser que mucho, de la candidatura de la Torre de Hércules como Monumento Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Está previsto que en unas semanas se sepa si, finalmente, se incorpora a la privilegiada lista de trozos de arte que deseamos conservar para las nuevas generaciones. Se trata de un eterno anhelo que nace del capricho de un ex alcalde coruñés -ahora por El Vaticano- que siempré pensó en A Coruña como algo único. Y ahora está a punto de ver su sueño cumplido.

En imagen, la Torre de Hércules durante el pasado invierno. Imágenes como ésta me trasladan a otros tiempos mucho más románticos en el mar.

Mono de elecciones

Publicado el domingo, 7 de junio de 2009

Bien, ya lo sé, las Elecciones Europeas son la versión descafeinada de cualquier tipo de elecciones. Sí, que parece que estás votando a viejas glorias escaldadas de la vida política de primer nivel. Pero, cuando estás fuera de casa, te hacen ilusión estas pequeñas cosas. Como, por ejemplo, las dos visitas a Correos, la llegada de un mensajero-sicario y el taco de papeletas disponibles para votar. Y así es como no pude resistirme a participar en esta fiesta de la democracia. Ja, ja, ja...


En imagen, todo lo que una simpática mensajera-sicaria me trajo. Lo de sicaria por un comentario de Olalla, que dijo "preguntan por ti y o vienen a traer tu voto, o es un sicario". Imágenes como ésta me hacen pensar en el despilfarro de recursos -naturales y materiales- para algo tan insignificante como es mi voto.

De lenguas

Publicado el sábado, 6 de junio de 2009


A veces me encuentro con gente por Galicia a la que tengo que intentar explicarle la compleja situación lingüística que se vive por Valencia. Hay quien me pregunta si hablo catalán, valenciano o qué narices. Y, la verdad, dar una respuesta es bastante sencillo, pero transmitir lo que se siente por allí, es bastante más dificil. Tal difícil que empieza por el mismo nombre del lugar geográfico (que todavía no hemos decidido demasiado bien si somos Comunidad, País, Reino o vete tú a saber qué). Un cacao ideológico y político del que nadie nunca sacará a los valencianos por una sencilla razón: la polémica da votos.

Pero, más allá de nombres, el hecho identitario más potente es la lengua. Y aquí seguimos sin aclararnos demasiado. Bueno, la comunidad universitaria y científica, sí. Porque no existe ningún departamento filológico que avale que el catalán y el valenciano son lenguas distintas, mientras que más de treinta universidades en todo el mundo tienen estudios que demuestran la unidad de la lengua. Y, seamos sensatos, en estas cosas debemos dejar opinar a los expertos.

Y quien no se acabe de creer esto, pues hechos. Como que toda mi generación ha crecido viendo Bola de Drac en Canal 9...y Bola de Drac Z en TV3. O que la generación de mi padre empezó a ver el fútbol en la catalana, antes que en la valenciana (basicamente porque no existía). O las nulas confrontaciones del Riu Sec al norte, que es realmente la zona de exposición.

Así pasa que la gente de Polònia (un programa de humor que se emite en TV3) no puede más que parodiar esta absurda situación, y la recrean con una reunión entre Camps y Montilla. Y, los que tenemos sentido del humor y pensamiento crítico no podemos más que reirnos. Porque si empezamos a pensar que existen páginas oficiales en catalán y valenciano sin ninguna diferencia o que la fracasada Constitución Europea tiene una versión en catalán y otra en valenciano idénticas...

Elecciones en mis manos (o no)

Publicado el jueves, 4 de junio de 2009

El caso es que en los últimos diez días se me han caído al suelo mis planes para los próximos tres meses. Que no es poco. Y es que, a priori, iba a acabar el máster en un par de semanas, entregar el proyecto el 31 de julio e incorporarme a Caixanova en septiembre. Genial. Pues iba a pasar dos meses en Valencia, aunque en julio contaba con viajar de un lado para otro.


Pero la semana pasada todo cambió. La última contraorden de Caixanova dice que el 6 de julio toca empezar en Vigo, con el proyecto estratégico a medio pastar, digeriendo todo este año y sin una idea demasiado clara de dónde acabaré. Literalmente, porque ahora estoy inmerso en la búsqueda de un nuevo piso con, quién sabe, puede que nuevos compañeros.

El caso es que en todo este proceso, que no sé demasiado bien por qué se ha acelerado, intuyo que voy a tener que decidir y mucho. Esta entrada, de hecho, la he dejado preparada para que se publique sola a eso de las 10 horas del jueves, justo cuando tengo una reunión en Vigo para tratar de aclarar qué será de mí en el próximo año. Imagino que se pondrán sobre la mesa un par de departamentos y me tocará consensuar una elección. Seguramente comunicación, marketing o recursos humanos. O, quién sabe, tal vez asesoramiento jurídico, internacionalización o análisis de riesgos, por decir una burrada. Y así será. 

Sin quererlo, habré dado el paso más decisivo para empezar a mudar este blog. Pues, en un mes, cambiará de ciudad, de manías y hasta de cabecera, aunque mantendrá la esencia. Y las visitas ya no tendrán que buscar las Rías Altas, sino las Baixas. Pero todo a su tiempo y sin ponernos melancólicos.

En imagen, la última tontería que se me ocurrió, impulsada por los señores de Renfe. Sí, porque ahora en los Euromed reparten unos simpáticos caramelos que, casualidades de la vida, fueron de este color. Y lo demás ya viene rodado por la propia situación y mi imaginación...

Adaptación natural

Publicado el martes, 2 de junio de 2009

Gestión de la incertidumbre. En los últimos días no hago más que hablar de la incertidumbre. De cómo los que vivimos al sur de los Pirineos somos de los que más aversión tenemos al "qué pasará", del mundo. De cómo, cuestiones tan aparentementes enraizadas y características acaban por explicar verdades como puños. Como, por ejemplo, la falta de iniciativa en el I+D+i, el poco empuje empresarial o el amor platónico a los funcionarios y su trabajo, nos lastran sobremanera. Son cuestiones nada baladí y que explican por qué va a costar salir de esta crisis por estos lares. Que hagan otros, ¿verdad?

Me sorprende descubrir cómo se adaptan nuestros vecinos australes a los cambios. Los ikeos y nokios saben desde el primer momento de su vida que mañana todo va a ser diferente. Y lo tienen asumido. Aquí, por contra, necesitamos saber qué pasará de en quince minutos. Plan, plan, plan. Y parece mentira, que los que vivimos en la improvisación somos nosotros, ¿verdad?

Pues debe de ser que me estoy haciendo un poco noruego o algo así. No por su porte, ni por su afición a beber como kosacos. No. Más bien porque estamos en junio y no sé nada de dónde andaré en un mes. Lo único que sé ahora mismo es que, la última contraorden, es que empezaré el seis de julio a trabajar de verdad en Caixanova. Sí, al final me quedo sin verano por Valencia y sin posibilidad de desconectar y asentar todo lo que llevo aprendido desde octubre. Y no sólo gracias al MBA. Ahora estoy metido en la siempre ingrata tarea de encontrar un piso en Vigo y, también, de adivinar qué será de mí...

El caso es que se me plantea una amenaza-oportunidad: "oye, que igual os destruimos vuestros perfiles y os tenéis que adaptar a otro". Lo que se traduce en que, quién sabe, en cinco semanas igual me envían a tesorería, análisis de riesgos o servicios jurídicos. Me contaron el caso de una chica que -en otra situación- entró en Caixanova para ser directora de oficina y tenía miedo a los cambios y apego a su casa. Durante dos años la tuvieron de una sucursal a otra. De una comunidad a otra. De un puesto a otro. Y acabaron creando una persona adaptada a los cambios. Un aviso, por si las moscas, "me encanta la tesorería, el análisis de riesgos o los servicios jurídicos y detesto la comunicación, el marketing y los recursos humanos". Imaginaos que funciona...

En imagen, una huella delata mi paso por la playa de Orzán, en A Coruña. Nada más tomar la foto me giré, seguí caminando y volví la vista atrás un par de veces; a la segunda, ya nadie diría que yo estuve allí. Imágenes como ésta me hacen reflexionar sobre el paso del tiempo, de las experiencias, de los hechos y, sobre todo, de las personas.

La cuenta atrás

Publicado el lunes, 1 de junio de 2009

Y entre unas cosas y otras...en un mes se habrá acabado mi etapa en A Coruña. O eso es lo que dice el contrato del piso. Y para ahorrar sensiblería, os remitiré a dos enlaces: éste y éste otro. Y de regalo, éste también. Mientras tanto, voy pensando en maletas, futuro y todo lo que dejaré aquí y nunca podré recuperar. Bye, bye A Coruña...


En imagen, un reloj que me encontré cerca de la Torre. Resulta original como mobiliario urbano y es abrumador como justiciero: tempus fugit. Afortunada y desgraciadamente...

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