Actualizando (II)
Publicado el jueves, 25 de junio de 2009
Publicado el jueves, 25 de junio de 2009
Publicado el miércoles, 24 de junio de 2009
Publicado el lunes, 15 de junio de 2009
Más vale tarde que nunca, dicen. Y así es como yo vengo a hablar de A Coruña y su particular forma a estas alturas, a dos semanas de que me vaya. Pero así son las cosas, que uno acepta unos compromisos y acaba por cumplirlos en el límite.
Publicado el sábado, 13 de junio de 2009
Hace algunos meses saltó a la prensa todo aquello del Plan Zapatero para reactivar la economía. Algo ciertamente innovador: para salir de la actual crisis financiera que en España se ha visto enfatizada por la burbuja inmobiliaria, nada mejor que más ladrillo y construcción. Brillante decisión estratégica. El caso es que, a favor o no, el Plan Zapatero ya pulula por toda A Coruña con sus carteles. Más de diez he podido contar en la zona centro, aunque parece ser que llegarán a 85 en toda la ciudad, con una inversión total de 43,2 millones de euros. Y eso, a 1.500 € por cartel (1.250 € de fabricación y 250 de montaje) son 127.500 €, que se dice pronto. Pues eso, parece que en A Coruña dan ganas de decir "Zapatero te queremos". Aunque no quiero pensar cómo estará el empresario encargado de fabricar las vallas publicitarias...
Publicado el jueves, 11 de junio de 2009
Los coruñeses y visitantes que han tenido la oportunidad de dejarse caer por la ciudad en alguna ocasión, coincidirán conmigo en que la calle Real es el alma de la ciudad. A todas horas, en cualquier día del año hay trasiego. A veces, como cuando voy a Caixanova por la mañana, somos muy poquitos los que pasamos entre tiendas cerradas y fiesteros trasnochados. Otras, a mitad mañana, se nota como los autónomos y universitarios desocupados se dejan caer. Los ejecutivos aparecen antes de comer, buscando donde pinchar algo o, simplemente, escapando de la rutina a base de gangas. Para la hora de comer ya están los africanos con sus CDs y DVDs piratas; a veces bolsos, también.
Publicado el martes, 9 de junio de 2009
En este mes empezará a hablarse, y puede ser que mucho, de la candidatura de la Torre de Hércules como Monumento Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Está previsto que en unas semanas se sepa si, finalmente, se incorpora a la privilegiada lista de trozos de arte que deseamos conservar para las nuevas generaciones. Se trata de un eterno anhelo que nace del capricho de un ex alcalde coruñés -ahora por El Vaticano- que siempré pensó en A Coruña como algo único. Y ahora está a punto de ver su sueño cumplido.
En imagen, la Torre de Hércules durante el pasado invierno. Imágenes como ésta me trasladan a otros tiempos mucho más románticos en el mar.
Publicado el domingo, 7 de junio de 2009
Bien, ya lo sé, las Elecciones Europeas son la versión descafeinada de cualquier tipo de elecciones. Sí, que parece que estás votando a viejas glorias escaldadas de la vida política de primer nivel. Pero, cuando estás fuera de casa, te hacen ilusión estas pequeñas cosas. Como, por ejemplo, las dos visitas a Correos, la llegada de un mensajero-sicario y el taco de papeletas disponibles para votar. Y así es como no pude resistirme a participar en esta fiesta de la democracia. Ja, ja, ja...
Publicado el sábado, 6 de junio de 2009
A veces me encuentro con gente por Galicia a la que tengo que intentar explicarle la compleja situación lingüística que se vive por Valencia. Hay quien me pregunta si hablo catalán, valenciano o qué narices. Y, la verdad, dar una respuesta es bastante sencillo, pero transmitir lo que se siente por allí, es bastante más dificil. Tal difícil que empieza por el mismo nombre del lugar geográfico (que todavía no hemos decidido demasiado bien si somos Comunidad, País, Reino o vete tú a saber qué). Un cacao ideológico y político del que nadie nunca sacará a los valencianos por una sencilla razón: la polémica da votos.
Pero, más allá de nombres, el hecho identitario más potente es la lengua. Y aquí seguimos sin aclararnos demasiado. Bueno, la comunidad universitaria y científica, sí. Porque no existe ningún departamento filológico que avale que el catalán y el valenciano son lenguas distintas, mientras que más de treinta universidades en todo el mundo tienen estudios que demuestran la unidad de la lengua. Y, seamos sensatos, en estas cosas debemos dejar opinar a los expertos.
Y quien no se acabe de creer esto, pues hechos. Como que toda mi generación ha crecido viendo Bola de Drac en Canal 9...y Bola de Drac Z en TV3. O que la generación de mi padre empezó a ver el fútbol en la catalana, antes que en la valenciana (basicamente porque no existía). O las nulas confrontaciones del Riu Sec al norte, que es realmente la zona de exposición.
Así pasa que la gente de Polònia (un programa de humor que se emite en TV3) no puede más que parodiar esta absurda situación, y la recrean con una reunión entre Camps y Montilla. Y, los que tenemos sentido del humor y pensamiento crítico no podemos más que reirnos. Porque si empezamos a pensar que existen páginas oficiales en catalán y valenciano sin ninguna diferencia o que la fracasada Constitución Europea tiene una versión en catalán y otra en valenciano idénticas...
Publicado el jueves, 4 de junio de 2009
El caso es que en los últimos diez días se me han caído al suelo mis planes para los próximos tres meses. Que no es poco. Y es que, a priori, iba a acabar el máster en un par de semanas, entregar el proyecto el 31 de julio e incorporarme a Caixanova en septiembre. Genial. Pues iba a pasar dos meses en Valencia, aunque en julio contaba con viajar de un lado para otro.
Publicado el martes, 2 de junio de 2009
Gestión de la incertidumbre. En los últimos días no hago más que hablar de la incertidumbre. De cómo los que vivimos al sur de los Pirineos somos de los que más aversión tenemos al "qué pasará", del mundo. De cómo, cuestiones tan aparentementes enraizadas y características acaban por explicar verdades como puños. Como, por ejemplo, la falta de iniciativa en el I+D+i, el poco empuje empresarial o el amor platónico a los funcionarios y su trabajo, nos lastran sobremanera. Son cuestiones nada baladí y que explican por qué va a costar salir de esta crisis por estos lares. Que hagan otros, ¿verdad?
Me sorprende descubrir cómo se adaptan nuestros vecinos australes a los cambios. Los ikeos y nokios saben desde el primer momento de su vida que mañana todo va a ser diferente. Y lo tienen asumido. Aquí, por contra, necesitamos saber qué pasará de en quince minutos. Plan, plan, plan. Y parece mentira, que los que vivimos en la improvisación somos nosotros, ¿verdad?
Pues debe de ser que me estoy haciendo un poco noruego o algo así. No por su porte, ni por su afición a beber como kosacos. No. Más bien porque estamos en junio y no sé nada de dónde andaré en un mes. Lo único que sé ahora mismo es que, la última contraorden, es que empezaré el seis de julio a trabajar de verdad en Caixanova. Sí, al final me quedo sin verano por Valencia y sin posibilidad de desconectar y asentar todo lo que llevo aprendido desde octubre. Y no sólo gracias al MBA. Ahora estoy metido en la siempre ingrata tarea de encontrar un piso en Vigo y, también, de adivinar qué será de mí...
El caso es que se me plantea una amenaza-oportunidad: "oye, que igual os destruimos vuestros perfiles y os tenéis que adaptar a otro". Lo que se traduce en que, quién sabe, en cinco semanas igual me envían a tesorería, análisis de riesgos o servicios jurídicos. Me contaron el caso de una chica que -en otra situación- entró en Caixanova para ser directora de oficina y tenía miedo a los cambios y apego a su casa. Durante dos años la tuvieron de una sucursal a otra. De una comunidad a otra. De un puesto a otro. Y acabaron creando una persona adaptada a los cambios. Un aviso, por si las moscas, "me encanta la tesorería, el análisis de riesgos o los servicios jurídicos y detesto la comunicación, el marketing y los recursos humanos". Imaginaos que funciona...
En imagen, una huella delata mi paso por la playa de Orzán, en A Coruña. Nada más tomar la foto me giré, seguí caminando y volví la vista atrás un par de veces; a la segunda, ya nadie diría que yo estuve allí. Imágenes como ésta me hacen reflexionar sobre el paso del tiempo, de las experiencias, de los hechos y, sobre todo, de las personas.
Publicado el lunes, 1 de junio de 2009
Y entre unas cosas y otras...en un mes se habrá acabado mi etapa en A Coruña. O eso es lo que dice el contrato del piso. Y para ahorrar sensiblería, os remitiré a dos enlaces: éste y éste otro. Y de regalo, éste también. Mientras tanto, voy pensando en maletas, futuro y todo lo que dejaré aquí y nunca podré recuperar. Bye, bye A Coruña...