El quinto elemento

Publicado el viernes, 22 de mayo de 2009

Cuenta la leyenda que, allá por 2003, Zapatero comenzó a urdir una lista de personas peligrosas dentro de su propio partido. Temía que, si finalmente ganaba las elecciones generales de 2004, alguien le pudiera complicar la vida demasiado durante cuatro años. Entre ellos estaban los grandes barones del socialismo español, que habían marcado el devenir político desde la última etapa del franquismo hasta su llegada a la secretaría general. Zapatero pensaba en Felipe González, José Bono, Manuel Chaves o Ibarra. Cada uno de ellos con mucho poder, el suficiente para hacer de contrapeso desde diversos gobiernos autonómicos u órganos del partido. Pero en la lista anotó un quinto nombre, lo suficientemente desconocido como para que fuera de Galicia la gente arquera las cejas preguntándose quién es ese, pero con el poder preciso como para amargar todas las iniciativas de carácter progresista en las que pensara. Su nombre es Francisco Vázquez, el ex alcalde de A Coruña.

Precisamente es ex alcalde porque, nada más ganar las elecciones, Zapatero se encargó de camelarle para que acabara como cónsul español en El Vaticano. Y a Paco, no es por nada, pero el puesto le vino que ni pintado. Y a Zapatero, mejor. Para entender en la idiosincracia del personaje, sólo hay que mirar la bolsa en la que está metido, junto a los barones socialistas. Y es que Vázquez es uno de esos políticos incómodos, sediento de popularidad y con demasiadas luchas a sus espaldas como para claudicar ante nadie. Pese a ser socialista, no podía tragar con dos temas: todo aquello excesivamente progresista (y estamos hablando de la ley de igualdad, la ley del aborto, los matrimonios homosexuales...) y los asuntos relacionados con el gallego (pese a no sé cuántos avisos de carácter judicial, allí estaba Vázquez manteniendo exclusivamente "Ayuntamiento de La Coruña", frente a la doble denominación "Ayuntamiento de La Coruña/Concello de A Coruña").

Dicen que en A Coruña aún se le echa de menos. Bueno, no hace falta que lo diga nadie, que yo puedo dar fe. Estoy seguro, segurísimo, que suena más su nombre (ahora que se han cumplido cinco años de su marcha), que el del actual alcalde (al que más de uno de llama "el que dejó Vázquez"). Es más, sigue creando expectación cada vez que vuelve por A Coruña, ya sea con sus conferencias, ruedas de prensa o paseos casuales por la ciudad. Incluso he escuchado más de un comentario parecido a "si estuviera Paco [Vázquez, aclaro], esto no pasaría" o "yo no soy del PSOE, pero hay que reconocer que Vázquez hizo mucho por A Coruña". También, y por no faltar a la verdad, he escuchado cosas como "déjalo con los curas, que mejor nos va". Sin faltar a la verdad, se puede afirmar que fuera de la ciudad, en el resto de Galicia, no se puede decir que se le eche de menos...

En imagen, vista del Paseo Marítimo, ahora rellamado "Paseo Marítimo - Alcalde Francisco Vázquez". Imágenes como ésta me demuestran hasta dónde puede llegar la exaltación personalista...

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