Sobre la croissancracia y otras formas de gobierno

Publicado el domingo, 8 de marzo de 2009

En esta casa, los domingos, se desayuna bien o no se desayuna. Los que me conocen saben que normalmente soy de café con leche y galletas. Y mejor si es rápido. Básicamente porque siempre me he excusado en que, si tengo hambre, los valencianos nos podemos permitir un bocadillo de palmo y medio a las 10h. Pero aquí, no hay almuerzo que valga...

Y por eso, a modo de tradición, he decidido instaurar la croissancracia o algo así, tal y como conocen los que me han visitado. Esto viene a ser que, llueva o haga sol, todos los domingos horneo mi croissant y me lo como recién hecho. Sí, sí, horneo. Mis compañeros de piso me descubrieron un pequeño enclave en el que venden estas joyas de la bollerías congeladas y, tan sólo, hace falta darle calor. Y tener un poco de mañana, porque con el tiempo he conseguido que queden así de apetitosos a la vista y al paladar.

En imagen, mi desayuno dominguero, que nada tiene que envidiar a la bienvenida de Ca Treutlein a Violeta (en la que pienso constantemente, con su "bizcocho de chocolate con virutas de chocolate y cubierto de chocolate").

2 comentarios

Comentarios

Anónimo dijo...

ay Luis, qué peligrosa es la gula... pero ese curasán tiene una pinta estupenda, sólo le falta un poco de chocolate por encima y acompañarlo de un buen tazón de chocolate caliente, nada de café o zumitos, jeje.
pd. el pastel de ca treutlein no era de bienvenida, es la "cena" tradicional de los domingos!

staring girl dijo...

Diooooosssss!!! quina pinta! la mare que vaaa!!
Joer, Violetiwa...chocolate por encima y chocolate para mojar?? demasiado deutch te veo...xD

Sólo de ver la foto ya salivo!
Bon apetit!!

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