Las series que llevo dentro (I): Dexter Morgan

Publicado el jueves, 26 de agosto de 2010

Hay quien dice que ver series es una pérdida de tiempo. Bien pensado, inviertes unas 15 horas por temporada. Según el éxito, acabas cinco años observando la degradación de una buena idea; a veces, diez. Bajas cada capítulo de SeriesYonkis con todo el cariño del mundo, aunque a veces te adaptas a subtítulos surrealistas o a doblajes en una variedad dialectal un tanto extraña. Te sientes un ladrón por aficionarte al captcha de Megaupload. Hasta llegas a comprender a quien dice que prefiere "MU a RS".


Compartes con alguien las últimas tramas, los giros que parecen patinazos de guión. Defiendes a una panda de trastornados guionistas. Pero te da igual, las series te hacen reflexionar y eso te gusta. Sabes que son una ficción, pero hay personajes en los que acabas por reflejarte, aunque sea tangencialmente. De clichés también se vive. Especialmente cuando su máscara sólo te enseña los momentos que ellos quieren. Creo que éste es mi homenaje.

Me gusta Dexter Morgan, el forense y asesino en serie de Dexter. Me cautivó desde el primer momento en que me crucé con él la primavera pasada, gracias a alguna recomendación velada a través de Facebook. Quienes no conozcan la serie podrán indignarse conmigo por hacer apología de la violencia, pero nada más lejos. Superficialmente, Dexter es un tipo tranquilo que se dedica a calmar sus necesidades eliminando a todos aquellos que burlan la justicia. Sangre y violencia gratuita en apariencia. Pero tras esa falsa lucha, poco justificable, subyace una persona que tiene miedo a encajar en la sociedad si se muestra como es.

Queramos o no, todos llevamos un oscuro pasajero en nuestra mochila, como tantas veces se repite en la serie. Las menos, ese pasajero es un asesino en serie; las más, un maniático insoportable con vicios inconfesables. No se trata de grandes secretos, sino de pequeñas verdades que se esconden bajo la superficie. A veces no cejas en el empeño de enterrar esa parte de ti, porque te avergüenzas, pero tampoco quieres olvidarte de quién eres. La clave está en rodearte de personas que tienen la habilidad de ver detrás de la máscara. Y, pese a todo, no te dan la espalda. Porque, sí, todo el mundo tiene algo que esconder. Lo reconozco: no tengo bolsas de basura abandonadas en el Atlántico, pero sí otras virtudes inconfesables.

En imagen, la preparación de un refrescante helado de cerezas. Daba juego la imagen, lo reconozco, y me permitía rendirle un homenaje a Dexter y su oscuro pasajero. El helado muy bueno, por cierto. Continuará...

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