Festivales cinematográficos inesperados

Publicado el domingo, 23 de mayo de 2010

Esta noche alguien levantará un galardón cinematográfico. Se pondrá fin a una semana de cine, visionados y estrellas varias. Los proyectores se apagarán y dejarán en la sala el agridulce sabor de todos los certámenes. El año que viene el Festival de Cans, una parroquia de O Porriño con cerca de 400 habitantes, volverá a acaparar titulares en esta parte de mundo, mientras en el resto se hablará de otra cita del celuloide un tanto sobrevalorada, el Festival de Cannes.


El que viene a Cans no se encuentra con alfombras kilométricas, ni posados eternos o lujos inalcanzables; sino más bien una apuesta agroglamourosa, como no cesan de decir en los medios. Aquí viene Luis Tosar, los directores se pasean en chimpíns (una especie de tractores) y se proyectan cortos de una calidad sorprendente. No en vano, el Festival de Cans es la gran cita del audiovisual gallego y de la Eurorrexión, es una puerta de entrada a los Goya y aspira a convertirse en la referencia del sur de Europa. Toma ya, el día menos pensado aparece Carlos del Amor a regalarnos una de sus ególatras-sensacionales crónicas.

En imagen, el cartel del Festival de Cans de este año, en el que se juega con el animal que da nombre a la parroquia. Está claro que en simpatía y buen hacer, los franceses no tienen nada que hacer. Hay tantas historias de este tipo en Galicia...

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