Un nombre, un proyecto, muchos deseos

Publicado el martes, 14 de octubre de 2008

Como buen ex estudiante de periodismo que se precie, por fin me he decidido a empezar esto que, por decirlo así, llamaré blog. Un lugar donde dejar un poso de lo que me rodea, de lo que espero que me pase y que servirá para demostrar que sigo vivo y para darle una vuelta de tuerca a todo aquello que he decidido que voy a vivir. Reconozco que este proyecto nació en cuanto leí mi nombre en la web de Caixanova (ahora es cuando todo el mundo clica y piensa "menudo autobombo se da" y el webmaster de Caixanova detecta un inusual tráfico de visitas desde Valencia), porque en ese mismo momento decidí que iba a tener un blog e iba a tener este nombre. Y lo mejor: estaba libre.

Tiene su explicación: la primera parte, eso de "Levante", viene de lo que me precede y de mi verano en el periódico más leído por los valencianos, en la delegació de La Costera-La Canal de Navarrés-La Vall d'Albaida. Tres meses llenos de gratas experiencias, inmensos momentos junto a personas que se han portado muy bien: la condescendencia de Ricard, la amabilidad de Ruth, la atención de PI, la sencillez de Isabel, la tensa armonía de Javier y Lolín, el misterio de David, la magia ilustrada de Tino y el descubrimiento personal (porque profesional ya lo daba por asumido) de Paco. Por supuesto, esto de "Levante" no viene de "levante feliz", que esa disputa está más que superada. Es por ello que, Levante-EMV, es el escalón que tengo justo detrás.

¿Y delante? Poniente. Aquí sí voy a jugar con la cartografía, porque me voy al final de la cartografía, al final de la tierra. O eso es lo que hubiera pensado 500 años atrás, cuando no había nada más allá de Fisterra. Y allí me voy.

En el camino quedan muchas preguntas, muchas ilusiones, muchos deseos y, sobre todo, muchos retos. Pero mejor será avanzar post a post. De momento, la sensación que me rodea a tres días y pico del viaje se resume con una frase de la que no desvelaré autor: "Todo lo que tenemos que decidir es qué hacer con el tiempo que se nos ha dado". Así sea.

En imagen, pantalla de información del coche el primer día de trabajo, justo a la entrada de Xàtiva (en efecto, 39º y sin estar al sol, ni ser un día demasiado caluroso). Cosas como ésta demuestran por qué Xàtiva es la millor ciutat del món.

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