Coses de casa

Publicado el miércoles, 22 de octubre de 2008

Cuando estás lejos, lo que echas de menos es lo que no tienes. Echas de menos las lluvias torrenciales (aquí se llaman "llueve todos los días a todas horas pero no te mojas casi"), la familia (aunque el teléfono es una buena excusa para preguntar los deberes desde la distancia), la novia (después dirás que no te cito, ¿eh?), los amigos y unas cuantas cosas más de esas que llamaríamos "pequeñas que te hacen sentir como en casa".

Una de ellas es Mercadona. Aquí hay supermercados de todos los colores y texturas, pero también hay un Mercadona. Uno sólo y lejos de cualquier sitio en el que yo pueda estar, pero existe. Y el caso es que ir de compras a Mercadona es como estar en casa. Como se dice por aquí, tengo pasadas muchas historias en estas tiendas. Y poder comprar algo de Hacendado, reconozco, no deja de tener su cierta gracia. Una de ellas es que, por ejemplo, todos los recipientes de plástico vienen desde Aldaia y, la carne, desde Cheste. Anoche, sin ir más lejos, cenamos carne y empanada, una perfecta mezcla de culturas, sabores y sensaciones.

A otras cosas te acostumbras, como el suelo de madera y el nórdico de casa de Lui y Diego. O como empezar a vivir cerca, por fin, de donde vas a ir todos los días. Pero eso...otro día.

En imagen, dos bolsas repletas de mis cosas básicas, por supuesto compradas en Mercadona y en A Coruña. Cosas como ésta me hacen pensar que, los cambios, poco a poco.

En mi lección de cultura gallega, una palabra que existe en castellano, pero que sólo la he escuchado aquí. En Galicia tenemos tahonas y panaderías. En la primera el pan y las empanadas se cuecen en horno propio; en la segunda, no hay horno que valga... Ejemplo: el domingo me comí una empanada realmente rica (y la compré en una tahona).

Sin comentarios

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails