El desembarco gallego en Moncloa

Publicado el sábado, 13 de febrero de 2010

Buena parte de las decisiones que toma el Gobierno central, acertadas o no, están en manos de gallegos. No en vano, cuatro de los 17 ministros que componen actualmente el ejecutivo de Zapatero falan galego na intimidade. Esta cifra sólo es igualada por los ministros madrileños y es superior a la comunidad andaluza, catalana o valenciana, que no es cualquier cosa.


Galicia está de moda y de ahí que tres de las carteras más importantes estén ocupadas por Elena Salgado (vice-presidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda), Francisco Caamaño (ministro de Justicia) y José Blanco (ministro de Fomento), además de una cuarta algo más secundaria encabezada por Elena Espinosa (ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino).

Elena Salgado es tal vez la que tiene más dificultades al frente de su gabinete. Con una más que profunda crisis y una feroz presión externa, se puso al mando del ministerio que pilotaba un Solbes pre-jubilado y con la prohibición de reconocer la recesión. Un año después, parece que empieza a recibir alguna que otra buena noticia...¿serán los famosos brotes verdes? Por cierto, en Valencia todavía se recuerda su mediación entre la Generalitat y el Gobierno central con todo el asunto de la America's Cup.

La gran revelación del gobierno de Zapatero, en su renovación de 2009, fue José Blanco. Pepiño era el tío duro del PSOE, el que se divertía repartiendo estopa a diestro y siniestro. Pero un día le llegó su recompensa: un ministerio de los grandes con una predecesora polémica. A poco que consiguiera cerrar la boca iba a ser mejor que Magdalena Álvarez. Y, un año después, parece el único ministro del que no se puede reprochar casi nada: desbloquea la alta velocidad, fomenta el transporte por ferrocarril, le tira de las orejas a los controladores aéreos, da una respuesta coherente a las inclemencias meteorológicas y busca fórmulas para seguir con la obra pública pese a los recortes. Una alegría, sin duda.

Uno de los más silenciosos es Francisco Caamaño, ministro de Justicia. Parece que su cartera está pacificada, después del tiempo movido que protagonizó su antecesor, Bermejo. Aunque la calma, ya se sabe, es aparente. En cualquier momento puede explotar y saltar por los aires asuntos como el Estatut de Catalunya, la renovación del Tribunal Constitucional, la reforma de la Justicia y unos cuantos asuntos más que se acumulan. En Valencia fue catedrático de Derecho Constitucional entre 2002 y 2004.

La última, Elena Espinosa, es la discreta ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. No sólo lleva desde el primer gobierno de Zapatero, sino que en 2008 sumó a sus competencias las de Narbona. Su ministerio, especialmente generoso con Vigo en estos seis años, traerá a la ciudad la cumbre de ministros de Pesca de la Unión Europea. Una cita histórica, sin duda.

Es curioso, por cierto, como cada ministro tiene su pequeña historia con cada una de las provincias gallegas. Por ejemplo, José Blanco es de Palas de Rei (Lugo); Francisco Caamaño de Cee (A Coruña) y estudió y trabajó en Santiago; Elena Salgado nació en Ourense y Elena Espinosa, aunque también ourensana, fue presidenta de la Autoridad Portuaria de Vigo y de la ZUR de Vigo.

En imagen, el ministro Blanco firma con Feijóo el llamado Pacto del Obradoiro, el pasado mes de julio. Con este documento se comprometían partidas fijas para la llegada de la alta velocidad a Galicia, estableciendo un horizonte temporal fijo. Y, de paso, desbloqueando tramos paralizados hasta tres años por la anterior ministra.

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