El miedo

Publicado el lunes, 15 de abril de 2013

Vaya por delante que esta entrada va a ser rara, inconcreta, algo filosófica y, en ocasiones, prescindible. Pero no puedo resistirme. Aunque lo intento, algunas veces la vida real acaba por dictar los designios de este sitio.

El miedo es esa sensación que nos despoja de toda racionalidad y nos deja desnudos ante la peor opción. Nos lleva al límite, nos hace cometer estupideces, nos quita el sueño, nos mata lentamente. Es una preparación cruel y prescindible, pero innata, al dolor. Es una incertidumbre crecida, orgullosa de su efecto perverso. Es indecente, tenaz y alevoso. Pero tenemos que convivir con él.

El miedo triunfa cuando nosotros damos el brazo a torcer y nos embarcamos en el camino de la desesperación. Le abrimos la puerta cuando preguntamos "¿y si?". Dejamos que se instale en nuestra rutina cuando adelantamos el VHS de nuestras vidas y machacamos la cinta rememorando momentos que ni hemos vivido. ¿Somos estúpidos por ello? No, somos humanos, el fruto de miles de años de circunstancias arrastradas.

La gente se aferra a muchas cosas para poder combatir el miedo. Hay quien prefiere la esperanza. Los más devotos, la fe. Algunos pertinaces, la lucha. Los analíticos, los datos. Incluso la negación, el aislamiento, la comprensión, el castigo, la impenetrabilidad o la ignorancia. O todos ellos un poco. Yo no tengo claro un único candidato y voy eligiendo según la situación y el interlocutor. Soy un interesado, lo reconozco.

La vida reparte alegrías y tristezas con las manos llenas. Saca de su bolsillo un puñado de caramelos y, a veces, son de fresa; otras, de cianuro. Y no siempre se avisa del sabor. Un sabio amigo acostumbra a decirme, ante cada noticia, "lo que viene, conviene". No, lo que viene a veces no conviene, pero es lo que toca, es la parte baja del ciclo en el que dirimimos nuestros quehaceres. La vida te da un bofetón y varias caricias, aunque con frecuencias imprevisibles.

Yo tengo miedo, mucho miedo. Me pregunto "¿y si?" unas cuantas veces cada día. Habrá quien diga que la vida me ha sonreído y seguramente por ello puedo mandar un mensaje de optimismo. Y reconozco que yo debería ser la primera acepción de la palabra "tremendista". Pero todo ello no me invalida para lanzar un alegato feroz contra el miedo. Porque sabes qué, querido miedo, todo va a salir bien. Y contra eso tienes que tener miedo.

En imagen, un camino salpicado por un obstáculo en forma de tronco derribado. Imágenes como ésta nos demuestran que, a su manera, los impedimentos también son bellos.

1 comentario

Comentarios

MiNeKo dijo...

El miedo es un elemento de manipulación demasiado poderoso. Aunque la incertidumbre genera miedo, lo importante es no permitir que te paralice!
PS. hablar de VHS en el mundo 2.0 le da un aire muy "vintage" a esta entrada ;)

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails